Las comunidades de montes de Vilagarcía llevan años enfrentándose a un problema que, lejos de disminuir, va creciendo cada vez más. Se trata de los vertidos. No es solo una cuestión de estética, sino que también se convierten en un enemigo durante el verano, cuando los incendios forestales amenazan a comuneros y vecinos del rural.
En Cea ya pusieron en marcha numerosas actuaciones para tratar de frenar esta incívica práctica, como colocar carteles de concienciación, en colaboración con el Concello, o buscar a posibles infractores, ya que se trata de un hecho sancionable, que estipula multas cuantiosas según la normativa vigente.
Pero incluso en comunidades pequeñas, como la de Cornazo, con unas treinta hectáreas de superficie de monte en total, ven como este problema se agrava cada vez más.
“A maioría non son particulares”, explica César Roo, presidente de la Comunidad de Montes. Y se puede ver en zonas como A Balada, de muy reducidas dimensiones que se encuentra totalmente llena de basura.
Hay maderas, hay neumáticos, pero lo que más llama la atención son la enorme cantidad de sacos de obras que se pueden ver en esta parcela comunal. Pero no es la única zona. “Temos por todos lados”, apunta Roo, que abordará con el Concello la posibilidad de que realicen la limpieza y retirada de todo este material.
En Rubiáns, sin embargo, señalan que se trata de un problema “puntual”, que sin embargo sí se da en zonas como el Camiño Novo, vial que une la parroquia con A Laxe, o en las inmediaciones del campo de fútbol de O Soutelo.
En Cornazo no descartan una campaña de concienciación, aunque Roo no se muestra muy convencido de que sirviese para paliar la situación, teniendo en cuenta que no se trata de vecinos los que vierten, sino de personas que escogen la zona a propósito y, en muchos casos, teniendo en cuenta las dimensiones y el propio material, de empresas que depositan en sus montes los restos de las obras que realizan.
Algunos comuneros señalan que una de las causas de este problema podría ser las propias condiciones para utilizar el Punto Limpo, situado en Xiabre, una concesión municipal que gestiona Urbaser, la empresa de recogida de la basura. Estas instalaciones tienen un cupo, por lo que desde las comunidades temen que el resto de lo que no va a Pinar do Rei acabe depositado en sus parcelas. A veces, a escasos metros del Punto Limpo. Xiabre es un monte muy afectado por los vertidos. Incluso en zonas como la cantera de Cea, que aspira a ser un punto recreativo, es habitual encontrar lavadores, neumáticos o muebles.
Por otra parte, las Comunidades de Montes de Vilagarcía hicieron los deberes de cara al verano. En Rubiáns, de la mano de la Mancomunidade de Montes y con las ayudas del Concello, pusieron en marcha limpieza de parcelas de roble americano, poda del souto de castaños de Soutelo y eliminación de los restos y limpieza de las calles de las plantaciones. En Cornazo, desbrozaron a mano seis hectáreas de la parte baja de Lobeira. Ahora, se limpiarán entre 4-5 hectáreas en Coruxo y O Moscallo. La mitad seá a mano, la otra con máquinas. También se hará una corta de eucalipto y un rareo de pino. Después, estudiarán una plantación. l