Los concellos más pequeños afrontan subidas de hasta el 80% de la materia prima para las obras publicas

Los concellos más pequeños afrontan subidas de hasta el 80% de la materia prima para las obras publicas
Operarios en los trabajos de reforma de O Cavadelo, en Vilagarcía I GONZALO SALGADO

La subida de los materiales de las obras públicas, debido a diversas circunstancias, encareció de forma notable las licitaciones y complica, de forma notable, el día a día de los concellos, especialmente de los más pequeños, como muchos de O Salnés, O Barbanza y Ulla-Umia. Incluso municipios como Caldas, cabecera de su comarca, afronta como un verdadero quebradero de cabeza determinados cambios en proyectos que van postergándose en el tiempo. 
 

“Ás veces retrásanse porque falta algún permiso”; explica el regidor caldense, Jacobo Pérez, que señala que especialmente fue difícil después de la pandemia. “Os proxectos que se redactaron no 2019 e despois se empezaron a facer no 2022, cando te das conta tes un incremento na materia prima dun 50 ou 80 por cento”.  
 

La situación también la viven en municipios como Pontecesures, aunque su alcaldesa, Maite Tocino, reconoce que el presupuesto de las obras ya es tan bajo por sí que, donde se ven las variaciones no es tanto en los precios, que también, sino “en que non podes aspirar a unha mellora maior”. Es decir, los proyectos se quedan en lo “esencial”, con lo ornamental en un plano mucho más secundario. “Nós de momento non temos obras que superen o millón de euros, no mellor dos casos quedamos no medio millón”, explica la regidora. En estos casos, son partidas muy específicas y concretas financiados con planes extraordinarios de la Diputación de Pontevedra.
 

Otras obras como las que se financian con el Fondo de Compensación Ambiental o las de mejoras de los caminos rurales, en Pontecesures señalan que “tes que ser menos ambiciosa”. Sin embargo, Tocino resalta que “a sorte que temos é que levamos todo ao día. Licítanse e execútanse, polo que non hai moita marxen para a variación de prezos”.
 

La actuación más ambiciosa que se ejecuta ahora es la de la Rúa Estación, presupuestada en 416.000 euros a cargo del Plan Ágora. “En canto puidemos xa executamos, con orzamento pechado e sen incremento”. Otra obra en marcha es la que se lleva a cabo para la separación de pluviales y saneamiento y pulido del pavimento en el Camiño de A Toxa. “Se querías meter algunha mellora a maiores, como algo de mobiliario ou outro material... Tes que reducir no accesorio. No esencial non”, concluye Tocino. 

 

Sobrecarga de la plantilla
En un concello como Caldas, donde las reformas a menudo precisan de informes como Patrimonio o Augas de Galicia, las licitaciones suelen verse postergadas en el tiempo y, con la subida de los precios de los materiales, hay que hacer modificaciones y otros trámites que, explica Pérez Gulín, “ademáis de que retrasan máis as obras que xa levan un retraso, dotan ao procedemento dunha complexidade que é un problema en concellos pequenos, que teñen o personal xusto e limitado e supón unha importante sobrecarga de traballo”.  ¿Y cómo se lleva esta situación en las administraciones?: “Pois levámolo mal, igual que calquera familia nas súas casas”, explica el alcalde caldense, que pone como ejemplo el proyecto de mejora de saneamiento que tienen ahora en marcha y que supuso “unha revisión á alza de todos os prezos”, lo que “distorsiona” las cuentas. 

 

La depuradora, un 25% más

Menos complicada es la situación para administraciones más grandes, como la del Concello de Vilagarcía, donde reconcoen que, en los últimos tiempos, no creen que se esté dando esta situación de subida de las licitaciones. Señalan que sí sucedió hace unos años, como con el pabellón de Fontecarmoa, cuyo proyecto “saiu a licitación dúas veces precisamente polo incremento dos prezos do metal, debido á guerra en Ucrania”. En cualquier caso, señalan desde Ravella, “son problemas circunstancias que se dan polo contexto internacional”. Eso sí, supone un “inconvinte porque obriga a cambiar prazos ou mesmo a replantexar proxectos”, apuntan fuentes municipales de Vilagarcía, que inciden en que lo que se puede hacer desde el Concello es “intentar buscar máis financimento a través doutras administracións ou de plans especiais, como foron no seu día os Next Generation”.
 

En cualquier caso, ni el Concello de Vilagarcía ni administraciones más grandes, como la Xunta de Galicia, están libres de la subida de los precios de las licitaciones. De hecho, una de las próximas obras grandes que tendrá lugar en el municipio supondrá un incremento del 25 por ciento con respecto al precio que en su día estaba previsto. Se trata de la ampliación de la depuradora de Ferrazo, que aumenta su precio hasta los 31 millones de euros, frente a los 23,1 con la que se presupuestó en 2021, cuando la administración autonómica anunció su salida inmediata a contratación pública. Aquel proceso se demoró cuatro años y ahora, cuando sí que parece inminente, la administración autonómica no solo dice que será más caro, sino que el Concello tendrá que aportar seis millones. No podrá Ravella acudir, además, a fondos europeos porque ya fueron condedidos al gobierno gallego, para esta misma obra.

Los concellos más pequeños afrontan subidas de hasta el 80% de la materia prima para las obras publicas

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