Es totalmente inofensiva y, de hecho, es una especie aliada de las mariscadoras en zonas de muchas algas, dado que se alimentan de las mismas. La playa de A Compostela amaneció plagada de pequeñas liebres de mar (también conocidas en la zona de Arousa como porquiños de mar) sorprendiendo tanto a las mariscadoras del lugar como a los bañistas que no están acostumbrados a ver a este tipo de animales en el arenal.
De hecho aquellos que saben del mar y de sus habitantes insisten a los bañistas que si las detectan en la arena las lleven al agua, dado que si permanecen mucho tiempo fuera de ella pueden morirse. Advierten las mariscadoras que las liebres de mar no pican ni suponen ningún daño para las personas.
Las liebres de mar reciben este nombre por el gran desarrollo, a modo de orejas, de dos de sus cuatro apéndices cefálicos, también denominados rinóforos. Presentan un cuerpo muy blando, una coloración poco vistosa (con tonos marrones, negros y amarillos), y un gran pie que produce mucha mucosidad para facilitar el desplazamiento. Se encuentra sobre sustratos rocosos habitualmente y siempre en zonas superficiales resguardadas de los oleajes. Es un animal estrictamente herbívoro y, por lo tanto, se alimenta fundamentalmente de algas.