El Plan Nacional sobre Drogas prepara una nueva subasta de bienes decomisados por tráfico de drogas y delitos relacionados cuyos fondos se destinarán a programas de rehabilitación a toxicómanos y a prevención. La recaudación se sumará a los más de 4,5 millones de euros que ha ingresado en los últimos años por la venta de propiedades de arousanos tan conocidos como Pelopincho, Patoco, Marcial Dorado y Parido o al vigués Culebra, entre otros que operaban en las Rías Baixas.
La gestión de estos procesos no es tarea sencilla. El Fondo adolece de personal suficiente para tramitar la ingente cantidad de propiedades que viene recibiendo y esto provoca en muchas ocasiones retrasos para ponerlos a la venta hasta el punto de darse el caso de tener que renunciar a algunos, como sucedió con el ribeirense José Antonio Pouso Rivas, Pelopincho. El Estado tuvo en su poder 15 millones de euros en fincas, casas, naves industriales, bajos comerciales, etc. Sin embargo, muchos perdieron valor, un mal común. Los largos procesos judiciales –es necesaria una sentencia firme– hacen mella en las propiedades inmuebles, pero además, el Fondo se encuentra a veces con cargas hipotecarias u de otro tipo, como unos inquilinos con derechos de alquiler, difíciles de resolver. Con todo, sí se logró comercializar y encontrar comprador para muchas de sus viviendas y locales ubicados en Cesures, Ames, Rianxo, Padrón, Ribeira, Caldas, Vilagarcía, etc.
Aunque para litigios, el de las hijas de Laureano Oubiña reclamando la parte de Pazo Baión heredada por vía materna –Esther Lago falleció sin haber sido condenada–, el que se convirtió en emblema de la lucha contra el narcotráfico por una imagen de las madres antidroga exigiendo justicia a sus puertas. El Estado dio por zanjado el asunto en 2019, once años después de que la bodega Condes de Albarei lo comprara por 15 millones de euros para convertirlo en un emblema del enoturismo de la DO Rías Baixas. Ya correspondiente a los últimos años, el Plan vendía en 2017 la casa familiar del cambadés en Vilagarcía.
Todo ello sin olvidar que la Fundación galega contra o narcotráfico tiene un convenio con la Xunta para la venta de bienes de rápido deterioro como son los vehículos.