Son muchos años los que las familias del colegio Rosalía de Castro, de Carril, llevan esperando a que se arreglen deficiencias urgentes de un centro que fue construido ya hace décadas. La situación de los baños es, probablemente, la más urgente.
De hecho, las madres no dudan en calificar de “peor que carcelarios” los sanitarios. Durante 2016, y gracias precisamente a la presión de la ANPA, se cambiaron seis de los baños, pero siete quedaron sin renovar. Grietas, agujeros en la pared, óxido, tapas en mal estado y otras estampas poco agradable son las que se encuentran los pequeños cuando acuden a hacer uso del servicio.
“Creemos que la comunidad educativa de Carril ya tuvo la suficiente paciencia”, aseguran en un escrito al alcalde, Alberto Varela, en el que reclaman que se ponga a la cabeza de la reivindicación.
Otro de los problemas del colegio está bien visible nada más entrar al recinto del centro. La antigua caseta del conserje, que desde hace tiempo utiliza la ANPA para actividades como el Plan Madruga, se encuentra vallada y sin uso. Fue el 1 de junio cuando la asociación que representa a las familias se puso en contacto con la dirección, para preguntar por esta edificación. Desde el equipo directivo les explicaron que había un informe del arquitecto técnico municipal que obligaba a vallar la caseta, mientras no se repare.
En dicho documento, el técnico del Concello señala que hay grietas y deficiencias en aislamiento de la caseta que provocan no solo filtraciones, sino que también “comprometen la estabilidad de la estructura”. Por ello, el arquitecto considera “aconsejable” realizar una intervención urgente.
El informe está datado en mayo y, a día de hoy, no se actuó todavía en la caseta, que permanece vallada y sin uso. Desde la ANPA señalan que está sin apuntalar y también reclamaron la mediación del alcalde, Alberto Varela. Las familias aseguran que el regidor se comprometió el 29 de septiembre a enviar a los trabajadores de Obras al día siguiente pero, a día de hoy, todavía no aparecieron por el centro. Además, también presentaron una queja ante la Secretaría Xeral de la Consellería de Educación, que reclamó un informe.
Tras un primer mes del nuevo curso escolar, los viejos problemas resurgen, como los relacionados con el tráfico. En este sentido, las familias denuncian que confluyen niños, coches y autobuses en la entrada al centro, sin que la regulación del tráfico que realiza la Policía Local sirva para aminorar estos riesgos.
Reclaman que desde la Xefatura Territorial de Educación y desde la Concellería de Mobilidade se desplacen al Rosalía de Castro, para comprobar “in situ” la situación y evitar un mal mayor.
Todos estos problemas, que ahora deciden hacer públicos, ya fueron puestos en conocimiento de las distintas administraciones. El colegio de Carril es uno de los más antiguos del municipio.