La relación entre la Agrupación de Parquistas de Carril y Cobre San Rafael, empresa promotora de la restauración de Mina de Touro, comenzó con la firma de un convenio para estudiar la calidad de las aguas del Ulla y la Ría de Arousa. Un estudio que la entidad carrilexa considera que fue beneficioso para los intereses de la reina de los bivalvos y que le ha valido a Cobre San Rafael un galardón muy especial: La Ameixa de Ouro. Fernando Riopa (Oviedo, 1969), director de proyecto de la firma, explica cuáles han sido los pasos que se han dado.
¿Qué supone para Cobre San Rafael recibir este reconocimiento?
Es un honor recibir un premio como este, que nos ayuda a seguir trabajando en el desarrollo sostenible de la zona. La empresa tiene un compromiso de diálogo y de garantizar el cuidado de las aguas, lo que es muy importante para la zona. Desde un principio tuvimos claro que nuestro proyecto requería que hubiese un compromiso real y efectivo con la tradición minera que tiene Touro, pero también con una huella ambiental ya existente, fruto de la mina histórica. A partir de ahí empezó a haber diálogo con la gente del entorno cercano. De Touro y O Pino primero y, después, con la cuenca del Ulla para aclarar cualquier asunto, cualquier preocupación que pudiese generar el proyecto de la mina. Llegamos a las 200 entrevistas con grupos de interés. A partir de eso, de la investigación científica, la transparencia por nuestra parte y la búsqueda de soluciones a los problemas históricos que había, creo que conseguimos trasladar a la sociedad el importante impulso que puede ser el proyecto de Touro desde un punto de vista económico, pero también de recuperación ambiental de la zona.
¿Qué acciones de recuperación ambiental se llevaron a cabo?
En la empresa contamos con el programa Terras, que engloba todas las acciones de responsabilidad social corporativa. En ese marco fue donde pusimos en marcha la colaboración con Parquistas de Carril, para actuaciones de recuperación, de control y de cuidado de las aguas. De ahí nuestro compromiso con el Ulla y la Ría de Arousa. Lo que hablamos con ellos, después de muchas reuniones, fue monitorizar la calidad de las aguas y de los sedimentos. El estudio lo hizo el CSIC durante un año y se vio que no había afección a la Ría de Arousa. Después hicimos un convenio con la Estación Hidrobiolóxica de A Graña, que depende de la Universidade de Santiago de Compostela. Se instalaron tres sondas, que miden varios parámetros en continuo, que posibilitan ver la calidad de las aguas del Ulla y de la Ría. Con estos trabajos se puede certificar también que no hay ningún tipo de afección a las aguas pero, además, se puede tener información como el ph, la temperatura, la salinidad del agua o los niveles de clorofila. Son datos que preocupan mucho al entorno de la Ría, sobre factores que pueden afectar al crecimiento y a la mortandad de la almeja y el berberecho. De cara al futuro, avanzando en estos estudios, se puede avanzar en soluciones a los problemas que tiene la Ría. Nuestro compromiso con Arousa continuará en el tiempo. Somos transparentes, es uno de los valores que hemos aplicado. Queremos que la sociedad gallega y arousana entienda que este proyecto es beneficioso para el desarrollo industrial de Galicia y, lo más importante, que no va a suponer ningún riesgo para ningún sector. Más bien al contrario, puede ayudar.
¿Cómo surge el programa Terras de responsabilidad social?
Surge de las reuniones y conversaciones con la sociedad. Es nuestra apuesta por demostrar una actividad sostenible, comenzando por la restauración ambiental de las aguas del entorno de la histórica mina. La inversión en Terras es importante y responde a una demanda social para solucionar los problemas ambientales de actividades pasadas. Desde Cobre San Rafael siempre estamos abiertos a escuchar nuevas necesidades. Queremos también dar a conocer que contamos con un compromiso muy claro por hacer un uso sostenible del agua y un buen manejo. Por ello, se propone un proyecto con un circuito cerrado para el uso de agua industrial, permitiendo también el uso de los recursos hídricos o de las instalaciones de la zona minera en caso de que sea necesario para un uso público, como puede ocurrir en épocas de sequía prolongada. No tenemos problema en prestar nuestras conducciones, balsas, depósitos o planta de tratamiento de aguas.
¿Defienden entonces que es completamente compatible la actividad minera con otras como la pesca y el marisqueo?
Sí, por supuesto. Aparte de que es una actividad que siempre ha existido, como todas las industrias mejoran, con el tiempo. Todo debe ser compatible.
¿Estuvo alguna vez en la Festa da Ameixa de Carril?
Hace muchos años, porque mi madre es de Campo Lameiro. Pero era muy joven y casi no me acuerdo de nada. Tengo muchas ganas de volver.