Es una fecha importada de los Estados Unidos, pero está claro que ha llegado para quedarse. El Black Friday se vivió en Arousa con un furor consumista que llenó hasta los topes las tienda de las principales cadenas que operan en la capital vilagarciana. Colas desde primera hora de la mañana para pagar y también en los probadores. Todo pese a que la venta online en estos grandes negocios ya se había activado la tarde antes. Las cadenas fueron las que ofrecieron mayores descuentos con el reclamo de adelantar las compras para los regalos de Navidad y Reyes y ampliando el plazo de devolución de lo adquirido hasta el mes de enero. En el comercio local el seguimiento de este día de ofertas y descuentos fue más desigual. Eso sí, más escaparates que el año pasado por estas mismas fechas lucían los carteles anunciando ofertas de hasta el 20 % en prendas seleccionadas. Muchos optaron por no ofrecer descuentos al entender que no pueden competir con los márgenes de beneficio que sí manejan las grandes marcas.

Fueron las tiendas y comercios de calzado y textil las que contaron con mayor afluencia de gente a lo largo de todo el día, sin excepción. Eso sí, también la electrónica, los electrodomésticos o las librerías ofrecieron propuestas rebajadas para todos los gustos.

El Black Friday es una de las jornadas del año en la que más se vende en el sector textil y la antesala a las rebajas de enero, que empiezan justo después de la celebración de los Reyes Magos.

La estampa del último viernes de noviembre (que es cuando se celebra siempre el Black Friday) dejó a gente cargada con bolsas por la calle. Compras que se vieron favorecidas por un tiempo soleado, aunque frío. Con lluvia los comercios acostumbran a notar una bajada en la venta presencial. 

El Black Friday también animó las compras en un otoño que muchos califican de flojo en cuanto a ventas.