Las fiestas de Vilagarcía llegaron a su fin ayer con el tradicional Desfile de Carrozas, en el que la inspiración del mar que tan presente está en la vida de la localidad decoró los vehículos. Sobre ellos, los ilusionados niños y niñas, ataviados para la ocasión, repartían alegría, color y confeti allá por donde pasaban.
 

Y ya desde bastante tiempo antes, les hacían la espera. En las calles por las que estaba previsto el recorrido, el público buscaba el mejor lugar para ver un espectáculo que cada año pone el broche de confeti a San Roque.

Anclas, estrellas de mar, gambones, pulpos y hasta una representación del Océano Ártico decoraban las carrozas, precedidas por la fiesta de la peña del Arosa, presente en todos los eventos.
Son algunos de los que participaron en el desfile en el que, eso sí, los grandes protagonistas son los pequeños. También a ellos estuvo destinado el acto anterior del programa de ayer, con unos Bolechas de lo más deportistas. Las Olimpiadas fueron la excusa para pasarlo en grande, con un público muy participativo que llenó la Praza de Galicia de risas.