José Luis Villanueva Vicente atrae tantas críticas como votos. Por cuarta vez acaba de ser elegido patrón mayor de Carril, tras un mandato que finalizó de forma abrupta con la dimisión de varios miembros del Cabildo. El responsable del pósito confía ahora en iniciar un periodo de paz.
¿Qué fue lo que le llevó a volver a presentarse?
Ya había pedido los datos para mi jubilación. Podría estar retirado hace años. Lo planteé al resto de mi equipo y me dijeron que terminaban la etapa conmigo. Por eso le di una vuelta.
¿Afronta con ilusión esta nueva etapa?
Con decisión. Ilusión la justa. Esto es algo de vocación, el interés económico no es lo que más prima. Si miro eso, salgo perdiendo. Hay una serie de proyectos importantísimos y creo que quedarán ahí para la posteridad.
¿A cuál se refiere? ¿Al de la nave de O Ramal?
Es uno de ellos, pero también hay otros que hace que nos movamos a estos niveles de llegar a las naves portuarias. Cuando hablamos de la Cofradía o de la OPP de Parquistas, hablamos de economía. ONGs hay muchas y servicios sociales también. El primer paso es activar el centro de promoción y clasificación en O Ramal. Nos va a permitir abordar temas como el desdoble de la actividad en Carril. Allí no hay sitio físico para hacerlo todo, no se puede cumplir la normativa. Uno de los objetivos fundamentales es canalizar las ventas a través de la Cofradía, pues ahora hay como cerca de cinco millones de euros que no se facturan en la lonja. Almejas de Carril no las hay para abastecer al mercado nacional. Hay que hacer frente a una serie de competencia desleal. Tenemos que ser conscientes, analizar los mercados y ver cómo sacar el mejor rendimiento. No se puede basar en la campaña de Navidad, es muy cortita y hay que quitarlo todo e igual no da la talla.
Hay cierto malestar con la concesión portuaria...
Yo no valoro las opiniones políticas. No creo que vaya a tapar más la vista al mar nuestro centro, que encaja perfectamente con los usos de promoción y turismo, que un proyecto de un hotel que había antes. Pero yo soy patrón de Carril, no me toca discutir este tema.
En cuanto a la situación del libre marisqueo, ¿cuáles cree que son los pasos que hay que dar?
Lo primero que hay que hacer es unirse las cofradías, ponerse de acuerdo y analizar los problemas que nos afectan. El ordena y mando no es una solución. Cuando la Consellería convocaba a los patrones para dar a conocer el estado de los bancos, allí había de todo. Desde falta de respeto a faltas de educación. Se le exigía a la conselleira que tomara una serie de decisiones como si fuera dios y, cuando vio la oportunidad de pasarle esa competencia al sector, le dio todas las facilidades y unas pocas más. Lo que echo de menos es un poco de reflexión por parte de los que aceptaron, de una forma desmedida. Me refiero a Rañeiros. Después de tres años de fracaso en fracaso, parece que aquí nadie aprendió la lección. La Consellería evitó tener aquellas presiones. No se puede atacar constantemente a la Consellería cuando se fracasa, se tiene que ver como un fracaso de todos. No me imagino a alguien yendo al médico y que lo atienda el portero. La Consellería tiene responsabilidades y tiene medios. Aquí no hay ni siquiera una reflexión, se creen dioses. Errores podemos tener todos, pero hay que reconocerlos.
Hubo polémica también por el convenio con la empresa de la Mina de Touro para medir la contaminación...
Nosotros firmamos un convenio par hacer un estudio de la calidad de las aguas del Ulla. Creemos que es un buen convenio. Llevamos muchísimos años intentando saber qué pasa con el Ulla, por qué hay mortandades incluso en verano... Analizándolo con los valeiros, que son los auténticos guardianes del río, se nos ocurrió que habría que colocar unas estaciones en distintos tramos del río para ir monotorizando. Está claro que una mina que lleva cerrada cuarenta años no es la responsable de los episodios de mortandad que hubo en este tiempo. Y si se reabre con todas las garantías, no tenemos por qué oponernos.
¿Por qué sucede que siempre que se presenta usted hay muchas críticas y acaba ganando?
Cuando nos presentamos este equipo y yo la Cofradía iba a la ruina. No era capaz de salir de las consecuencias de una riada y las mariscadoras hacían jornadas por menos de doce euros. No tenían tiempo para estar metiéndose con la Cofradía. Desde entonces, no hay más que echar cuentas. De los poco más de tres millones que se facturaron ese año a los diez de ahora... Cuando empieza a ir mejor, todo el mundo tiene opinión y quiere tomar el mando. Pero eso hay que hacerlo en las elecciones, después toca arrimar el hombro. Lo que no puede ser es el victimismo de ir a un cese de actividad injustificado. Quien quiera ser funcionario tiene que ir a oposiciones e hincar los codos. Me parece mal que se molesten por decir que su sector es deficitario. Creo que hay que decirlo cuando lo es y poner todos los medios. Cuando fue la riada de 2020, los parquistas continuaron trabajando y salvaron la situación de la cofradía. Perdieron un 40 por ciento, pero salvaron el otro sesenta. Sin embargo, el marisqueo a pie estuvo haciendo una lucha leonina por el cese de actividad. Con esto, vaya por delante que no quiero faltar, si no que recapaciten. Yo creo que muchos ya recapacitaron. Así no se contribuye a un sector fuerte. La Cofradía está en la línea de ayudarles. Espero que seamos capaces de gestionar la paz.