Los trabajadores del metal llevaron su protesta hasta el centro urbano, con una manifestación que comenzó en la rotonda de Larsa y acabó en la Praza de Galicia. Además, durante los piquetes, aparecieron unos neumáticos ardiendo en Rosalía de Castro.
El sector llama así a la solidaridad de la ciudadanía. "A loita é o único camiño", explicaba Xoán Xosé Bouzas Aboi, de la CIG. Por ello, convocan cuatro días más de huelga en julio: 6,7,12 y 13.
La jornada de hoy no registra, por el momento, incidencias destacadas y desde la CIG señalan que, en esta ocasión, no percibieron presiones empresariales y que en los nuevos lugares a los que llegaron con los piquetes, los trabajadores que aún no conocían las demandas se unieron a la protesta.
Bouzas Aboi incide en que, incluso empresarios con los que entabla conversaciones durante esta temporada, le muestrans su sopresa por el hecho de que no se llegue a un acuerdo, ante unas reivindicaciones que, asegura el delegado nacionalista, "non son nada doutro mundo".
CIG, CCOO y UGT reclaman la revisión de la clausula salarial con carácter retroactivo, que la patronal quiere topar "por debaixo do que establece o actual convenio". En cuanto a la subida salarial, piden un cuatro por ciento para estos tres años, mientras que el empresariado apuesta, en su última oferta, por un dos, tres y tres. La subrogación de los trabajadores de las empresas auxiliares, como las que trabajan para compañías telefónicas, es otro de los caballos de batalla. Bouzas Aboi se muestra, en este sentido, contrariado, ya que considera que su propuesta es más beneficiosa ya que las empresas se evitarían las indemnizaciones cada vez que cambian.
Por último, los sindicatos reclaman una reducción de la jornada anual de 24 horas, que la patronal reduce a ocho. La última reunión fue el lunes de la semana pasada. Los gritos en la manifestación eran claros en contra de Enrique Mallón, responsable de Asime, mientras que la patronal, por su parte, pide el fin de la huelga y acusa a los trabajadores de hacer ahora "protestas pacíficas".
La parte empresarial cifra el seguimiento de la huelga en un 40 por ciento en toda la provincia y señalan que "hay muchos trabajadores que no se atreven a ir a trabajar por miedo a represalias, después de la violencia agresiones de las últimas jornadas de huelga".
En este sentido, Asime, Atra e Instalectra inciden en que "las manifestaciones de hoy pretenden ser probablemente un lavado de cara e imagen después de la barbarie vivida la semana pasada, cuando se intentó literalmente asaltar el Ifevi".
En cuanto a la negociación, señalan desde la patronal que en el último convenio fue firmado por CCOO y UGT, con una actualización salarial del 5,7 por ciento de incremento en 2023, "que sumada a los incrementos históricos de los últimos tres años conforman una subida de más de un trece por ciento, cuando la de la inflación ha sido del 12".
Asimismo, inciden en que el lunes mejoraron su oferta, pasando a una subida del 2, 3 y 3 por ciento para 2023, 24 y 25. "Desde la parte empresarial hemos hecho propuestas de calado, atendiendo a las demandas de la parte sindical", asegura la patronal, que acusa a los sindicatos de "llevar a todo el sector a la huelga por un aspecto residual".