Lourdes Durán es la presidenta de El Gato Negro de Carril. Es, además, la primera mujer en presidirlo y la que más años lleva al frente. Pero es que ya sus abuelos pertenecían a la sociedad, por lo que, reconoce  “El Gato es algo muy mío”.

El Gato Negro tiene ya más de un siglo de vida...
Sí. No pudimos celebrar los 100 años porque estábamos en pandemia. Tenemos tiempo. Ahora seguramente cuando hagamos los 105 lo celebraremos. Tenemos muchas celebraciones.

Sí, porque es una asociación que no para,  ¿no?
No. Tuvimos ahora el día del socio, donde le damos la medalla a los más antiguos. Se la dimos a cinco y es muy bonito. Tuvimos una misa, también, por los que fallecieron... Y luego un ‘pinchito’ y un vino español. Y lo último que tuvimos la semana pasada es que vino Papá Noel, con la chocolatada. Estamos muy muy muy contentos.

¿No es estresante estar siempre haciendo tantas cosas?
Sí, pero bueno, no soy yo sola. Somos un equipo y además nos llevamos muy bien. Tuvimos muy mala suerte porque se nos murieron tres en nuestra legislatura. Pero lo seguimos llevando muy bien. Lo encontramos muy mal hace 14 años.

¿Cómo estaba en aquel momento?
En aquel momento se debía en todos sitios. Se pagaban solo siete euros y tuvimos que hacer una asamblea extraordinaria para que nos dieran por lo menos esos tres euritos para pagar cosas. Se debían 8.000 euros en el Concello... y la gente respondió muy bien. ¡Ahora la gente ya no responde! ¡Está todo muy bien y ya no vienen a las asambleas! Espero que este año vengan.

¿Qué actividades tienen?
El lunes  hay pilates, patinaje, gaita y tambor. El martes, zumba, costura, judo y gimnasia. El miércoles, full body, fútbol y gimnasia rítmica. El jueves, yoga y gimnasia. Y el viernes, baile y pandereta. Los sábados lo dejamos para cumpleaños o meriendas... Y no hay un sábado que no haya algo. Se pagan 10 euros, pero es por la unidad familiar. Por 10 euros puede ir a todas las actividades toda la familia.

¿Cuántos socios son?
Quinientos y muchos.

¿Y hay plazas para todos?
Hay para todos porque cuando hay mucha gente en una actividad se da dos veces por semana para repartir.

En estos 15 años que lleva al frente, ¿cuál fue el peor momento?
El peor, de llanto incluso, fue cuando lo cogimos. Yo no pensaba cogerlo pero como vi que todo estaba tan mal y en esa asamblea que tuvimos mintieron como bellacos... Ahí fue cuando dije: me presento yo. Porque El Gato Negro es muy querido. Para mí es algo muy mío. Ya eran mis abuelos, mis padres... Pero al poco tiempo empezamos a remontar. Subimos a los 10 euros y empezamos a pagar todo. Los primeros tiempos fueron terribles.

"El peor momento, de llanto incluso, fue cuando cogí la
presidencia. Se debía dinero en todas partes. Fue terrible"

¿Y el mejor momento?
Ahora estamos muy tranquilos. Hace unas semanas vinieron de la Diputación para explicar la mejor forma de solicitar ayudas y también muy bien.

¿Qué cree que supone para  Carril y para Vilagarcía El Gato Negro?
Para Carril supone muchísimo. Si falta, no sé a dónde iríamos. Y el local es muy bueno y muy bonito. Allí fue el ayuntamiento antiguo y arriba, donde tenemos el pabellón, era el patio de la cárcel. Es un sitio emblemático de Carril. Yo no puedo saber lo que se sentiría si quedáramos sin él. Horrible.

¿Y hay relevo para seguir?
Sí. Yo fui la primera mujer y la que más años lleva ahí. En estos 15 años  estuvo de presidente durante cuatro años uno de mis compañeros que murió. Pero claro, había que dar la medalla a mi marido y yo dije: cuando se la demos a él yo no quiero estar de presidenta. Aunque eso va por número, ahí no hay trampa ni cartón.

¿Tienen pensado algo distinto para el año que viene?
Es que tenemos ahí un problemón. Donde está en Carril el super, ese local es nuestro. Y en ese edificio llevamos pagado ya 42.000 euros porque hay que hacer una obra bastante fuerte. Pero vamos, ya lo tenemos pago.

¿Cuál es su sueño para El Gato?
Tenemos tantos sueños ya cumplidos... Celebrar los 105 bien.

¿Sienten que se le da el reconocimiento que merece?
Bueno, podían hacernos más casiño pero cuando 

tenemos algo, invitamos a la Corporación y vienen. No sé si valoran lo que es El Gato Negro, pero nosotros sí.

¿Qué tiene de diferente estar en El Gato y no en otra asociación?
No hay comparación. El Gato Negro es una asociación cultural de muchos años. Yo lo que quiero es que los que vengan detrás lo hagan igual que lo hicimos nosotros, que nunca nos desapareció ni un euro. Sería una pena que una asociación como El Gato Negro se hundiera porque alguien lo hiciera mal. La tesorera dice: si lo dejamos habrá que venir a vigilar todos los días. Porque nosotros, si tomamos un café, lo pagamos nosotros.