Mario Trigo: “Estar al frente de BATA es para mí un máster de vida y de aprendizaje”

Mario Trigo es presidente de la Asociación Autismo BATA y hoy conversa con nosotros sobre el pasado y el presente de la entidad, de la percepción del autismo en la sociedad, así como de todos los proyectos en los que trabajan para mejorar la vida de las personas con esta condición.

 

BATA nació en 1989. ¿Ha cambiado desde entonces la percepción social del autismo?
Son 35 años, de hecho este año hacemos el aniversario, que es una fecha importante para nosotros. Ahora estamos en un momento en que se nota que la sociedad ya acepta a las personas con autismo. El hecho de que estén en la comunidad, que para nosotros es fundamental, es algo mucho más visible y eso ayuda a que haya más sensibilidad.

 

¿Y qué falta por hacer?
Falta muchísimo. Creo que desde las propias entidades tenemos el reto de normalizar. A veces hablamos de inclusión, integración... Pero normalizar es el primer paso para que la gente asimile que las personas con autismo tienen los derechos igual que cualquier otro ciudadano. Y por eso para nosotros es muy importante que todos los recursos de la comunidad estén al alcance de cualquier persona, y en este caso de las personas a las que prestamos apoyo.

En estos 35 años, ¿cuál fue el peor y el mejor momento del colectivo?
Momentos duros, sobre todo las crisis económicas, porque siempre suponen un palo para la actividad. Tienes que tejer muchas herramientas para tratar de salir al paso de esa situación que no te permite crecer ni generar servicios. Los inicios también son momentos muy duros porque tienes que articular toda una asociación, ir creciendo de manera sostenible... Hitos hay muchos. El crecimiento de la entidad e ir generando servicios para que todas las personas tengan apoyo en todas las etapas de su vida, es quizás lo más importante.

 

¿Qué servicios presta BATA a las personas con autismo?
Prestamos servicios desde las edades más tempranas, con una unidad de diagnóstico que es la puerta de entrada  de muchas familias. A partir de ahí hay un servicio de educación, todo un entramado de servicios de fines de semana, de respiros... Hasta la edad adulta donde hay un servicio de día, de empleo, de comunidad y viviendas, una unidad ambulatoria, apoyo en los centros educativos...

 

Me hablaba de las viviendas tuteladas, ¿cómo funcionan?
Tenemos tres viviendas tuteladas, que nacieron en el año 97 y en ellas viven seis personas, en el centro de Vilagarcía, donde tienen los recursos muy accesibles. Hace 27 años, cuando nace este proyecto, en España prácticamente no existía ese modelo. Después fue replicado por entidades que vinieron a conocernos y ayudó a que pudiesen ver que ese proyecto es viable y sostenible y da a las personas la posibilidad de desarrollarse al mismo nivel que cualquier otra. Que los centros, los servicios y las viviendas estén en la propia comunidad y no alejadas del casco urbano, ayuda a lo que hablábamos de normalizar e integrar y por eso es uno de los proyectos más relevantes que tenemos.

 

"Cualquier persona tiene sus capacidades y limitaciones.
Hay que encontrar qué puede aportar cada uno"

 

También trabajan por la inclusión laboral...
Tenemos un servicio de empleo vinculado al servizo de colocación y damos apoyo a personas con discapacidad intelectual de la comarca de O Salnés. Y, al mismo tiempo, las propias personas con autismo de la entidad desarrollan trabajos en la comunidad. Tenemos contratos en Cefrico,  Cepillos Mariño, Autobuses Abalo... Y después hay un centro especial de empleo que da trabajo a casi 20 personas con autismo y discapacidad intelectual y tenemos un montón de convenios y de proyectos.

 

¿Sigue habiendo reticencias a la hora de contratar a personas con autismo?
Siempre hay. El desconocimiento genera desconfianza. Y el hecho de que esas experiencias sean exitosas y aporten valor a las empresas es el mejor argumento para defender que es posible. Cualquier persona tiene sus limitaciones y sus capacidades. El tema es encontrar cuáles son las capacidades de determinadas personas para que se puedan desarrollar en una empresa y que la empresa vea que esa persona puede aportar.  Lógicamente nosotros vemos más capacidades que limitaciones.

 

A nivel personal, ¿qué le ha aportado estar al frente de BATA?
Es una experiencia vital intensísima y muy interesante. Para mí es un máster de vida y de aprendizaje. Estoy muy agradecido y muy enriquecido. Es una experiencia que te hace crecer.

 

¿Qué les piden las familias?
La demanda es enorme. Las familias nos piden sobre todo necesidades de financiación. Nosotros demandamos a la administración  más ayudas en determinados servicios como la unidad de diagnóstico. Muchos diagnósticos los hacemos en la entidad y los tienen que pagar las familias. La unidad en contextos naturales, también, que es un servicio totalmente privado y las sesiones no son baratas.
 

¿Qué proyectos tienen en marcha?
Estamos en proyectos relacionados con el crecimiento en la vida adulta. Intentando disponer de una vivienda en propiedad y, también, tener un centro de día más para dar cobertura a esas personas que salen de la etapa educativa y no tienen un centro de referencia y quieren seguir con nosotros. 

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Integrantes de la Asociación BATA en la celebración de uno de sus últimos aniversarios | Cedida

Mario Trigo: “Estar al frente de BATA es para mí un máster de vida y de aprendizaje”

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