Un “acordo moi importante” permitirá conocer más a fondo los secretos que esconde el Castro Alobre, de dimensiones desconocidas hasta hace escasos meses, ya que se prolonga hasta el nivel del mar. Dos años más estará la empresa A Citania realizando trabajos arqueológicas en una zona en la que ya lleva desde 2019, descubriendo importantes hallazgos que cambian las dimensiones y fisonomía del yacimiento y que arrojan información relevante sobre cómo vivían sus moradores.
Y es que la empresa Mercadona, que construirá el supermercado en una zona de la misma finca en la que se encuentran la cetárea romana y la puerta marítima del Alobre, cede la parte arqueológica de la finca al Concello de Vilagarcía durante cincuenta años. Son un total de 1.016 metros cuadrados que se integrarán en el parque Valdés-Bermejo, en cuyo piso superior se encuentra la parte excavada del castro.
“Os achádegos teñen unha gran relevancia para Vilagarcía”, señaló el alcalde, Alberto Varela, que incidió en las “facilidades” de la cadena de supermercados para alcanazar un acuerdo que desde Mercadona definen como “moi satisfactorio”.
Así se manifiesta Mariña Rivas, directora de Relacións Institucionais de la empresa, que señala que “é un orgullo para nós facernos cargo das excavacións e a musealización” e incidió en las buenas relaciones con la administración en base a un “obxectivo común: Coidar o xacemento”.
Será la empresa A Citania la que lleve a cabo los nuevos trabajos arqueológicos, que contarán con el apoyo del CSIC Incip, que harán en breve trabajos con gladiómetro que pueden deparar sorpresas sobre las dimensiones del Alobre. “Iso é bo. Nunca se coñece o tamaño dun poblado”, explica Israel Picón, arqueólogo de la empresa, que explicó todas las fases por las que pasaron los trabajos.
Un proceso “longo” que comenzó en 2018, cuando un representante de Mercadona se puso en contacto con A Citania para pedir un presupuesto. El proyecto era interesante, con la necrópolis de Arealonga y la cetárea romana por aparecer. Picón destaca la colaboración del Concello, a través del departamento de Paola María, y de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta, que puso como requisito un arqueólogo con currículum acreditado, por lo que el primer proyecto, en el que apareció la fábrica de salazón, fue dirigido por María Martín Seijo.
Después de ese hubo hasta siete más, algunos menores, para trabajos de desmonte o para colocación de tubos, y otros de envergadura. Hasta una treintena de arqueólogos pasaron por Valle-Inclán. En el tercer proyecto, dirigido por Luis Cordeiro, comenzaron a aparecer evidencias del Alobre. Fue en el cuarto proyecto, ya con Picón al frente, cuando se descubrió la puerta marítima. Aunque todavía hay que datarla, se corresponderá, probablemente, con una ampliación del yacimiento, que sigue en dirección al mar y no deja ningún resto en el área donde se construirá Mercadona. “Esa zona está libre”, apunta Picón. Este descubrimiento supondrá redimensionar el Alobre tanto en la ficha de Patrimonio como del PXOM. Inhumaciones, concheiros que demuestran la importancia del marisqueo y la pesca ya desde la época castrexa, con restos de ostras o pescada, entre otros, es parte de lo descubierto. Pero aún queda mucho. “É un día moi feliz”, señala Picón, que anuncia una intervención muy ambiciosa. En la que, eso sí, primará la divulgación y musealización. Para que todos, vilagarcianos y visitantes, conozcan la historia del Castro Alobre