Fueron cerca de medio millar de hectáreas las que arrasó un fuego que también cercó el polígono de O Pousadoiro, obligando a desalojar el turno de noche de DS Smith y alcanzando la pared de Kemegal, una industria química que ni siquiera ayer por la tarde había recuperado la normalidad.
La cartonera sí que volvió al trabajo, aunque no pudo hacerlo hasta bien entrado el mediodía ya que los accesos a O Pousadoiro estuvieron cortados porque las llamas habían alcanzado los márgenes de la carretera y la circulación por la zona se volvió muy peligrosa.
La situación no fue a mayores gracias al trabajo de un amplio operativo del que formaron parte 4 técnicos, 6 agentes, 30 brigadas, 24 motobombas, 5 palas, 4 aviones y 4 helicópteros, además de la Unidad Milarar de Emerxencias. Pero también los servicios de Emerxencias municipales, tanto de Vilagarcía y Caldas como de concellos como Cuntis o Sanxenxo, de los que el alcalde, Alberto Varela, destacó su solidaridad; los Bomberos y las policías Local y Nacional.
Todos ellos estuvieron durante horas en Xiabre, evitando que las llamas llegasen a las viviendas, pero también al polígono. “Nestos momentos de crise é cando se valora ter uns servizos públicos potentes”, explicó el alcalde, Alberto Varela. También Miguel Ángel García Miguéns, de Kemegal, destaca la intervención del operativo. Las llamas estuvieron muy cerca de su nave y llegaron a rozarla sin mayores consecuencias, pero por precaución desconectaron los equipos y se paralizó la actividad. El empresario estuvo hasta las cuatro de la mañana siguiendo el operativo y, ya durante el día, tuvo que volver a coger la manguera ya que prendió de nuevo detrás de Hiperferro. Ahora, como muchos de los afectados, está pendiente del viento, que se prevé que amaine durante esta jornada. El equipo de gobierno estuvo atento a las necesidades de la zona y, por la noche, el regidor y la edil de Servizos Sociais, Tania García, entre otros miembros del ejecutivo, estuvieron presentes en el operativo, coordinando sobre todo aquellas atenciones a personas con problemas de movilidad o mayores que viven solos.
Sobre el origen del incendio, es una cuestión que se está investigando ya sobre el terreno, pero el alcalde de Vilagarcía puso el acento sobre el hecho de que en los últimos años se originaron varios en el mismo punto, en la aldea de O Pazo, en Saiar. Sobre este fuego, la Consellería de Medio Rural informó durante la tarde de que la evolución era favorable y que la población no estaba en peligro. No así el de Boiro, cuyas llamas también se podían ver durante la noche del jueves desde el otro lado de la Ría. A las 18 horas de ayer, la administración autonómica decretó la situación 2, debido a la proximidad al núcleo de población de Piñeiro. En este caso, la superficie calcinada, al cierre de esta edición, sumaba 350 hectáreas.
Como si fuera epidémico, el fuego también se dejó ver durante la mañana de ayer en otros puntos de la comarca de O Salnés. El más gordo, sin contar el de Saiar-Cea, tuvo lugar en Cuiña (Tremoedo), donde ardieron diez hectáreas. Las llamas estuvieron cerca de las casas, pero la rápida actuación impidió el peligro. Eso sí, el concejal de al zona, Adrián Baños, hizo hincapié en el polvorín que supone que “a metade das fincas estaban descoidadas”. La zona se encuentra muy próxima a Cambados, que se mantuvo atento, con el alcalde, Samuel Lago, desplazado al Cortiñas de Abaixo. Los medios participantes, como los hidroaviones y helicópteros de la Xunta, se desplazaron a San Martiño de Meis, que ardió por segunda vez en una semana.
Alberto Varela: “O goberno estivo onde tiña que estar: Cos veciños de Castroagudín”
El alcalde, Alberto Varela, destacó la “solidaridad” vecinal durante los críticos momentos que se vivieron en Xiabre. “Foi unha noite moi difícil. O goberno estivo onde tivo que estar, á carón dos veciños de Castroagudín”. El regidor, que compareció a la mañana, destacó que ya a esa hora el fuego había arrasado con 350 hectáreas, medio centenar más que las que ardieron en 2016, cuando los incendios ya fueron catastróficos para Cea.
Fueron cerca de una treintena de viviendas las que se desalojaron, la mayor parte en Aldea de Arriba. “O que pode facer nestes casos o goberno é coordinar todos os medios e poñer os municipais a disposición do obxectivo, que é apagar o incendio”, dijo Varela, que destacó la solidaridad de toda la comarca. De hecho, diversas empresas, algunas de las cuales trabajan para el Concello, pusieron a su disposición camiones cisterna “Había tensión e xente chorando, pero tamén uns axudando aos outros”, destacó el regidor. También Protección Civil destacó el apoyo de los vecinos, que ayudaron con mangueras y les ofrecieron agua para beber. Varela suspendió su agenda para centrarse en la atención al incendio.