Un vecino de Vilagarcía se sentará en el banquillo de los acusados el próximo jueves acusado de intentar matar a su expareja, a la que también habría secuestrado junto a su madre, una mujer que tenía 89 años de edad en el momento de los hechos, el 30 de mayo de 2022. La víctima más joven logró escapar en un momento dado del piso, situado en un céntrico barrio, y pedir ayuda en uno de los bares de la zona.
 

El hombre se enfrenta ahora a una pena de 25 años y diez meses de prisión por un reguero de delitos entre los que se encuentran dos de detención ilegal, uno de homicidio en grado de tentativa, dos de lesiones contra la mujer, uno de maltrato habitual físico y psíquico, dos de lesiones en el ámbito familiar y uno de amenazas graves no condicionales. Además, el fiscal incluye un agravante de discriminación por razón de género y otro de abuso de superioridad, mientras que no contempla circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal. 
 

El escrito de acusación relata los terroríficos momentos por los que pasaron ambas mujeres, madre e hija, el 30 de mayo de 2022, aunque ya antes hubo episodios violentos, según considera probado el ministerio público.

El acusado, en prisión provisional desde entonces conoció a la que luego fue su pareja cuando entró a cuidar a la madre, como trabajador del Servizo de Axuda a Domicilio del Concello, en marzo de 2020. Pronto iniciaron una relación sentimental y el hombre se trasladó a vivir a la vivienda.
 

Meses de maltrato

Sin embargo, según considera probado el fiscal, pronto comenzaron también las agresiones, que en un primer momento fueron verbales, con insultos como “zorra”. Además, señala el ministerio público, controlaba sus amistades y sus comunicaciones por teléfono móvil y le pedía dinero de forma continua. En abril de 2022, le propinó una patada en la ingle, señala el fiscal, aunque no le llegó a denunciar y el 28 de mayo le lanzó un objeto contundente a la espalda y le tapó la boca cuando intentó gritar. Pero lo peor vendría dos días después.
 

El 30 de mayo de 2022, se recoge en el escrito de acusación, el hombre regresó a la vivienda, de la que se había marchado tras una discusión previa, y pidió a su pareja 50 euros, que ella le negó, por lo que vino la primera amenaza de muerte. Ella trató de llamar a la Policía, pero él, “con el fin de acabar con su vida”, la cogió por el cuello, “apretándoselo con fuerza” y cortándole la respiración. Intercedió entonces la madre. “Deja a mi hija, que la vas a matar”, gritó la mujer. “Eso es lo que quiero”, contestó, para después empujarla. Fue entonces cuando cogió un cuchillo de la cocina de 18 centímetros y se lo puso en el cuello de su expareja, golpeándola además en la cabeza con el mango
 

Acto seguido, ató a la mujer de pies y manos, usando cinta aislante y le dio pastillas a la octogenaria, para intentar dormirla. Durante dos o tres horas no las dejó salir. La mujer joven aprovechó un momento en el que la dejó ir al baño y que su madre hizo un ruido, requiriendo la atención del secuestrador, para escapar de su casa y refugiarse en un bar cercano, poniendo así fin a un día de auténtica pesadilla.