Vilagarcía lleva a la planta de tratamiento de basura de Sogama (en el polígono de Baión) una media de 15 toneladas de residuos orgánicos al mes. Así lo señalan desde la administración local, que entienden que la concienciación de la ciudadanía en materia de reciclado y compostaje está funcionando sin prisa, pero sin pausa desde que se implantó el proyecto a finales del año pasado. La implantación del llamado contenedor marrón está en la primera fase. A día de hoy hay un total de 25 colectores de estas características en el centro urbano, aunque el plan es que estos se vayan incrementando hasta llegar a los 70. Este quinto contenedor funciona a través de una tarjeta electrónica que ha dado algunos problemas a los usuarios en las últimas semanas, pero en cuya corrección ya trabajan desde Urbaser, concesionaria del servicio. Desde el Concello inciden en que el número de tarjetas que hay en estos momentos en funcionamiento ronda las 1.500.
Lo recogido en esos 25 se suma a los residuos que generan los grandes productores como son fruterías, supermercados, floristerías o comedores. Estos son casi 20 y –según Ravella– funcionan muy bien desde el principio. De esa forma se acerca a aquellos negocios o servicios que generan más cantidad de residuos la posibilidad de deshacerse de la basura de forma mucho más sencilla. Este es un modelo que no es exclusivo de Vilagarcía, sino que también han adoptado otras administraciones municipales de las comarcas arousanas precisamente para mejorar la gestión de los residuos urbanos.
Al plan de implantación del contenedor marrón Vilagarcía suma también su proyecto de composteros comunitarios, una propuesta que funciona desde hace años únicamente en el barrio de O Piñeiriño, después de que la apuesta que se realizó en su día para instalarse en otros puntos fracasase.
Ahora el Concello vuelve a intentarlo y señala que a las bases de obra para los composteros comunitarios que se instalarán en O Castriño y en Matosinhos (este último para dar servicio a la Escola Infantil Municipal) ya están ejecutadas. Ahora está previsto que se realizan las de Trabanca Badiña y la Galiña Azul de Vilaxoán. Una vez que estén instalados todos los composteros la idea es que estos empiecen a funcionar todos al mismo tiempo. Previsiblemente será en el mes de octubre, tal y como declaran desde la administración municipal.
La recogida de voluminosos requiere todavía de más concienciación |
La recogida de voluminosos es uno de los servicios que, con el nuevo contrato de la basura a cargo de Urbaser, ha mejorado las prestaciones respecto de lo que había anteriormente. La intención no es otra que la de evitar imágenes recurrentes en los últimos años en las calles como colchones, camas o mesas abandonadas sin control. Desde el Concello reconocen que en este aspecto todavía falta concienciación y que pese a que el servicio funciona todos los días eso no quiere decir que un ciudadano pueda abandonar cualquier día los enseres en la calle sin avisar previamente a la empresa. Tanto desde Urbaser como desde el propio Concello señalan que es “imprescindible” pedir cita previa, lo que pueden hacer cualquier día del año bien sea en el teléfono 986 501 617 o en la web medioambiente.vilagarcia.gal. Será ahí cuando le dirán qué día pasarán a recoger los enseres y en qué punto exacto deberán depositarlos. A mayores también existe el Punto Limpo de Pinar do Rei (gratuito para los empadronados en la ciudad) y que funciona lunes, miércoles y viernes de 10 a 14 y martes jueves y sábados de 10 1 4 y de 16 a 20:30. |
Este servicio se pone en marcha en aquellas zonas populosas, pero en las que se ha apostado no por el contenedor marrón, sino por el modelo que ha funcionado tan bien en O Piñeiriño. De hecho se harán campañas informativas con los vecinos del entorno para que el sistema se implante con la mejor rentabilidad posible.
A mayores cabe recordar que también se distribuyeron composteros individuales sobre todo entre familias de las zonas rurales para facilitar el compostaje también en estos puntos de la localidad.
De este modo Vilagarcía busca dar cumplimiento a las directrices europeas que obligan a gestionar de forma más eficiente los residuos orgánicos, algo en lo que prácticamente todos los concellos van muy atrasados.