Las primeras camelias plantadas en Vilagarcía y 60 ejemplares más pugnan por ser “árbores senlleiras”

El Pazo de Rubiáns pide incorporar al catálogo de Galicia algunas de sus joyas vegetales de mayor porte y edad
Las primeras camelias plantadas en Vilagarcía y 60 ejemplares más pugnan por ser “árbores senlleiras”
Algunos de los camelios de la propiedad se consideran los primeros plantados en Vilagarcía | GONZALO SALGADO

El Pazo de Rubiáns concentra una gran parte de los árboles singulares de O Salnés incluidos en el Catálogo de la Xunta de ejemplares con protección integral y ahora ha realizado una petición de inclusión de 71 especímenes más. Entre ellos está una formación de camelias japónicas bicentenarias con mucha historia y que “posiblemente son as primeiras plantadas en Vilagarcía”, señalan desde la propiedad. 

 

El proceso para registrarlos se mantendrá en periodo de exposición pública hasta el 20 de agosto, por si hubiera alguien con interés en alegar a su declaración como “árbores senlleiras de Galicia”. 


Sus impresionantes jardines datan de finales del siglo XVII y están reconocidos por la Sociedade Internacional de la Camelia como jardín de excelencia internacional por sus más de 5.000 ejemplares de 800 variedades, que cada año atraen a miles de visitantes. Así que ya tienen el reconocimiento del público, pero también quieren el institucional para una formación de 10 árboles de japónica caracterizados “pola formación de múltiples troncos” y que fueron un regalo del duque de Camiña de Portugal al señor de Rubiáns, quien las plantó a principios del siglo XIX.

 

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Cedro japonés en la histórica finca de Vilagarcía | GONZALO SALGADO


Pero no son las únicas, sus dueños, poseedores también de un extenso viñedo de albariño –acaba de ser elegido como el mejor blanco en la Catas de Galicia–, han solicitado la catalogación de otras joyas. Entre ellas está otra que hacen especial al histórico predio; una formación de cuatro alcornoques que constituyen un “conxunto único na zona das Rías Baixas” con sus 25 metros de altura.

 

Un porte de 60 metros de alto

No obstante, quizás los más impresionantes sean, por tamaño, cuatro árboles de cryptomeria japónica (cedros japoneses) con un porte de 60 metros de altura y que fueron plantados en el siglo XVIII. De una época similar son la decena de cryptomerias elegance (cedro rojo), de 40 metros de altura y que “medran con inclinacións moi chamativas”, y los 14 ejemplares de 36 metros de calocedros (cedro blanco de California), otro tipo del género de las coníferas.

 

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Calocerdo de la propiedad vilagarciana | GONZALO SALGADO


En ese siglo se ejecutó un ajardinamiento en la propiedad y de estas fechas también son las dos magnolias grandiflora que incluyen en su petición y que “destacan pola súa envergadura –30 metros de alto y cinco de perímetro– e antigüidade, delicia dos miles de visitantes a este Pazo”. De esta misma especie ya tienen incluidos otros ejemplares en el Catálogo de Senlleiras. También de eucaliptos, pero ahora piden la declaración para un conjunto de cinco, que miden 48 metros.

 

Entre los más longevos

Entre los especímenes más longevos de la emblemática finca  para los que la propiedad pide protección integral en esta ocasión, están seis plataneros de sombra, “únicos” y cuyo origen se remonta al siglo XVII. Cuatro custodian el estanque y otros dos la entrada de unas de las edificaciones más antiguas del conjunto palaciego. 


Sobre los más “jóvenes”, pero que tienen como mínimo 200 años de existencia, están cuatro palmeras –dos datileras y otras tantas canarias que alcanzan los 30 metros de altura–, tres acacias espinosas, tres fresnos y seis bojes, una especie arbórea muy presente en este reconocido jardín botánico tanto en forma de árbol como de arbusto, que se plantó creando los jardines. 

 

 

 

Las Sobreiras de Valga, la última entrada en  una lista de 15 monumentos 

 

Sobreiras dos martores valga
Las Sobreiras da capela de Martores que entraron el año pasado en el listado de protección | CEDIDA 

 

La provincia de Pontevedra es la gallega con el mayor número de ejemplares singulares registrados con 62 de los 190 que, aproximadamente, hay en Galicia. En la cifra hay una importante contribución de las comarcas de  O Salnés y el Ulla-Umia con 15  especímenes o formaciones. 

 

La última incorporación se hizo el año pasado con los dos alcornoques conocidos como Sobreiras da Capela dos Martores, con aproximadamente 200 años de edad y localizados en San Miguel de Valga. Debajo de ellos hay dos féretros de granito, a ras del suelo y semienterrados, y además por el lugar pasa el trazado de un antiguo camino sacramental que coincide con la actual Vía Mariana Luso-Galaica. Todo ello llevó a la asociación cultural Os Penoucos a pedir su catalogación. 


En cuanto al resto, el parque jardín de Caldas –es BIC– y el Pazo de Rubiáns concentran buena parte de estos ejemplares reconocidos por sus dimensiones y otros valores biológicos y ecológicos, e incluso culturales o tradicionales, y que cuentan con protección integral. La mayoría son más que centenarios, pero los hay más viejos. Es el caso del pino manso del Pazo de Cabido (Baión) de 300 años y catalogado en 2017 por su “formidable porte” de 22 metros de altura y 33 de diámetro de copa. La misma edad le atribuyen a los ejemplares de la Carreira de Buxos que luce el Pazo de Quinteiro da Cruz (Ribadumia), del que destaca su “bo estado de conservación” y sorprende su resistencia a la mariposa del boj, principal causa de muerte de esta especie en Galicia. Son de los pocos.

 

La leyenda de “o Meco”

Tantos años podría tener una de las más singulares: la Figueira do Meco, pues es la esperanza de vida atribuida a tipo de planta clonal mediante brotes de cepa. Tiene una morfología única, siendo un conjunto de ramas que nacen de la brecha de un pedrusco del Monte Siradella, pero además es parte de una leyenda local recogida por el Padre Sarmiento. Cuenta que el pueblo grovense harto de los abusos, incluso sexuales, de “o Meco”, un sacerdote déspota, lo colgó en la higuera para advertir a los visitantes de lo que estaban dispuestos a hacer a este tipo de gente. Cuando la justicia quiso actuar, no había culpable: “Quen matou ao Meco? Matámolo todos”. Al estilo “Todos a una” de “Fuenteovejuna”.

 

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Alcanforero de Rubiáns ya incluido en el Catálogo de árbores senlleiras | GONZALO SALGADO


En el listado también están tres magnolias grandifloras del Pazo de Rubiáns, con entre 175 y 200 años, que también tiene un grupo de centenarios eucaliptos y tres alcanforeros de 120-140 años, aunque en el año 2020 perdió una araucaria excelsa por muerte biológica.


En la misma ciudad está el grupo de cipreses calvos del jardín privado de Artime –ubicado en la Avenida de Rosalía de Castro– y “único” en Galicia debido al tamaño de los ejemplares, sobre todo de uno que “seguramente estea entre os de maiores dimensións da xeografía española” con un tronco “impresionante” de 6,4 metros de perímetro. De esta familia destaca en O Salnés el ciprés de California del Pazo de Quintáns (Meis), con unas dimensiones “espectaculares” de 34 metros de alto y que hace unos años sufrió importantes daños por dos fuertes temporales.


El parque jardín de Caldas es otra joya gallega y el catálogo recoge específicamente algunos de sus ejemplares que se creen coetáneos a su creación como espacio público (1883): una araucaria de Brasil de 33 metros; una cuningamia de 27 y por supuesto, la famosa Carballeira, un conjunto “excepcional”. 


En la categoría de formaciones también está la carrera de eucaliptos del Pazo de Barrantes (Ribadumia) y entre los más jóvenes, pero aún así con gran valor, están: con 75 años, el Salgueiro de la Braña de Xafardán (Vilanova), por una morfología “moi peculiar”, y con unos 100, unas araucarias particulares de Cambados con casi 30 metros. 

 

 

Cerezo silvestre caldas de reis
Cerezo silvestre cuya inclusión se ha pedido en el Catálogo | CEDIDA 

 

Una petición en caldas para un cerezo silvestre

La Consellería de Medio Ambiente también está tramitando la solicitud de inclusión de una formación de cerezos silvestres ubicada en Caldas. El promotor hace la petición por la antigüedad y dimensiones de los árboles, que son algunos de los criterios seguidos a la hora de evaluar el carácter monumental de las propuestas. Más concretamente, se puede reclamar por motivos dendométricos, con indicadores como el grosor a la altura normal, edad, etc. También por criterios biológicos y ecológicos, como el grado de rareza en su zona o si presentan un porte impropio de su especie; por razones estéticas, así como históricas, culturales y tradicionales, donde entraría si está asociado a algún hecho destacado, o por la situación, si está en un paisaje destacado o en un lugar no habitual.
 

 

 

 

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