Tras dos años muy marcados por el coronavirus y por las restricciones que afectaron, sobre todo, a los viajes internacionales y al turismo la Autoridad Portuaria de Vilagarcía espera que en este 2022 puedan superarse las cifras de visitas de cruceros a la ciudad de la época pre-pandemia. Así lo apuntan desde la entidad que preside José Manuel Cores Tourís indicando que las previsiones que hay a día de hoy para la temporada (que va normalmente desde abril a octubre) son buenas.
El estallido de la pandemia, el confinamiento y las elevadas restricciones dejaron en blanco el contador de cruceros atracados en Vilagarcía en el año 2020. Ya el año pasado la recuperación se dejó notar en el mes de octubre cuando cuatro buques cargados de visitantes llegaban a la rada arousana. Una senda de crecimiento que, en este 2022, desde el Puerto tienen claro que irá al alza. “Las expectativas para este año apuntan a una recuperación progresiva de este tráfico en Vilagarcía, superando los niveles pre-pandemia”, indican desde el ente público. De hecho pese a los impedimentos para concretar viajes desde la Autoridad Portuaria aseguran que en el último año ha venido desarrollando una importante labor comercial centrada en la potenciación del puerto como destino crucerístico. Lo que no cabe duda es que el de Vilagarcía cumple con aquellos requisitos que exigen los que temen los espacios masificados. El visitante medio de los cruceros que recalan en la capital arousana huyen de las aglomeraciones y buscan variedad de excursiones y actividades de interés turístico en un entorno inmediato. Algo que ofrece, sin duda, la Ría de Arousa, que tiene además la ventaja de estar muy próxima y bien conectada con Santiago de Compostela.
La recuperación de los cruceros como elemento turístico es uno de los retos que se estableció José Manuel Cores Tourís al llegar a la Presidencia de la Autoridad Portuaria. Son buques de mediana escala, dado que es el calado con el que cuenta Vilagarcía, pero que para el sector terciario de la zona de O Salnés suponen un revulsivo económico importante porque implica la inyección de una gran cantidad de turistas en una sola jornada.