El gobierno local de Vilagarcía ha mantenido ya contactos con el grupo Benito Abalo y con el departamento de Mobilidade de la Xunta de Galicia para establecer el protocolo a seguir en la rúa Sobrán una vez que empiecen las ansiadas obras de mejora y humanización. A mayores el Concello se reunirá después de estas fiestas navideñas con la empresa adjudicataria de los trabajos para establecer el calendario a seguir y ver cuál es la opción que cause el menor trastorno posible -y también menos traumático- a los vecinos y usuarios del vial. Cabe recordar que esta calle es usada por autobuses del transporte escolar que llevan a los niños al colegio de Faxilde. De hecho cuando el vial tuvo que ser cerrado al tráfico hace unos meses por el enorme socavón que se abrió en uno de sus tramos los pequeños tuvieron que acudir al centro educativo andando ante la imposibilidad de los autobuses de circular por esa carretera.

Desde el Concello apuntan que esperan que las obras empiecen cuanto antes y que todo el protocolo previo esté cerrado a mediados de mes.

Lo que es evidente es que el proyecto de mejora y humanización de la Rúa Sobrán es más que necesario. Los vecinos del entorno llevan meses sufriendo socavones en el firme, problemas en las canalizaciones y cortes en los suministros durante horas. La solución -tal y como destacó el Concello el día que presentó el proyecto- llegará con unas obras que inicialmente se iban a empezar en 2021. No fue así, ante el evidente malestar de los vecinos, que son los principales afectados. Las obras fueron adjudicadas el pasado mes de septiembre por 470.900 euros y la actuación prevista afecta a los 700 metros de calle comprendidos entre los semárofos de la iglesia de Sobrán y el cruce que va al colegio de Faxilde. En el primer tramo, la intervención se adaptará a los criterios establecidos por Patrimonio al enmarcarse en el entorno de los bienes históricos protegidos del Pazo del siglo XV y de la iglesia de San Martiño de Sobrán, del XII. Aquí, se utilizarán losetas de piedra en las aceras y adoquines en el carril de circulación, mientras que en el segundo tramo, con viviendas más actuales, se utilizará hormigón para las aceras y asfalto para la vía. Para garantizar la accesibilidad la calzada irá a un mismo nivel y el límite de velocidad se reducirá a los 20 kilómetros por hora.