La red desarticulada en la operación "Brown Cod", llevada a cabo por la EDOA de la Guardia Civil y dirigida por el Juzgado de Instrucción de Cangas, contaba con vínculos estables en el sur de España. Eran estas personas, precisamente, los que supuestamente se encargaban del transporte de la droga.
Así lo iban a hacer el pasado martes, cuando los agentes se encargaron de frustrar sus planes. Llevaban, en realidad, varios meses siguiéndoles la pista. A principiso de año, el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga de la Guardia Civil de Pontevedra, fruto del análisis de la información sobre la distribución y suministro de estupefacientes en la provincia, tuvo conocimiento de las actividades del entramado, dando comienzo a una larga y compleja investigación.
Fue así como pudieron conocer que la red contaba con un canal de llegada de droga de forma periódica, que era recepcionada en diversos inmuebles de seguridad ubicados en la comarca de O Morrazo. La organización contaba además con ramificaciones en distintos puntos de la provincia, entre ellos O Salnés, donde fueron detenidas dos personas, lo que les permitía contar con un canal permanente.
Varios de los investigados, asentados en la zona sur del territorio estatal, eran los encargados de realizar periódicamente los transportes de hachís. El martes, los investigadores pudieron frustrar uno de estos transportes, con la detención de dos de los investigados que se habían desplazado desde el sur de la península, empleando dos vehículos, uno de ellos a modo de lanzadera. En estos vehículos fueron aprehendidos 194 kilogramos de hachís.
El resto de la droga, hasta llegar a los 400 kilos de hachís, se incautaron en los registros en tierra, entre ellos un establo de Rubiáns donde los agentes localizaron varias mochilas con estupefaciente en su interior. En total, se llevaron a cabo quince diligencias de entrada y registro en domicilios de Cangas, Vigo, Mondariz, Sanxenxo, Vilanova, Vilagarcía y Córdoba.
En el dispositivo, además de los investigadores del EDOA de Pontevedra, participaron otros agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Pontevedra, GRS-6, GRS-7, Useic de A Coruña y Pontevedra y Servicio Cinológico.
Durante estas actuaciones fueron intervenidos 505.485 euros en metálico, cuatro kilos de cocaína, 340,8 kilos de hachís, sobre medio kilo de MDMA, una plantación de marihuana (con doscientas plantas), 50 kilos de sustancias de corte, dos carabinas de aire comprimido, un silenciador, munición de diversos calibres y equipos informáticos y teléfonos móviles.
De los quince detenidos, ocho fueron enviados a prisión y siete quedaron en libertad con cargos. Entre estos últimos se encuentra un vilanovés, con antecedentes en narcotráfico, y una vilagarciana, a cuyo nombre estaría la propiedad donde se encontró buena parte de la droga.