Las fiestas de Trabanca Badiña y A Torre son un clásico del verano, aunque cuadren ya en otoño. Y es que San Miguel siempre se las apaña para tener su “veranillo”, que este año además llegó casi con las temperaturas de agosto. No hay excusa que valga, pues, para disfrutar de una cita que los dos barrios acogen con muchas ganas y tras doce meses de espera.
El de ayer fue el primer “paseo” que el patrón se dio en procesión, tras una misa solemne en la capilla que lleva su nombre y que fue cantada por la Coral Amencer. Mañana volverá a ser su momento, aunque con una variación, ya que en A Torre mantienen la tradición de llevar el santo al Pazo da Golpilleira, donde hacen parada para disfrutar de un ágape. En este caso, la procesión estará acompañada por la Banda Municipal de Música.
Aunque además de la devoción religiosa, los programas de las fiestas de San Miguel están cargados de grandes momentos. Ayer fueron los vecinos de Trabanca Badiña los que cerraron sus fiestas y lo hicieron por todo lo grande, con la música sonando desde la sesión vermut hasta bien entrada la noche. A las ocho, la Batukada Son do Sonho calentó los motores, o más bien los tambores, antes de una gran verbena con América S.L. y el Grupo Atenas. Hoy, toman el relevo los vecinos de A Torre.