El tren de borrascas que sacude estos días la costa gallega ha dejado un reguero de incidencias, sobre todo, en Vilagarcía. La capital de arousana sufrió el azote de fuertes ráfagas de viento ya en la pasada madrugada manteniendo a los servicios de Emerxencias en alerta durante toda la noche. Según los datos recogidos por Meteogalicia en la Estación de Corón en la jornada del martes el viento alcanzó una velocidad de 116,2 kilómetros por hora. Fue, sin duda, el protagonista del mayor número de problemas registrados. El primero en el parque de la playa de A Compostela, en donde se arrancaron numerosas ramas de los árboles, cayendo algunas de ellas sobre la avenida Rosalía de Castro, que tuvo que ser cortada al tráfico por seguridad durante unos minutos. El viento –en concreto en forma de tornado o pequeño huracán– parece estar también detrás de los destrozos detectados en Guillán. Algunos vecinos amanecieron con tejas levantadas o rotas, con árboles arrancados y con daños sustanciales en algún galpón.
Durante toda la jornada los efectivos de Emerxencias y Protección Civil estuvieron saneando fachadas en diferentes puntos de la ciudad, dado que se habían producido desprendimientos. Esto ocurrió en la calle Baldosa –en pleno centro–, así como en la avenida Rosalía de Castro, que incluso llegó a dañar algunos vehículos aparcados en la vía pública.
En esa misma avenida se detectaron además carteles publicitarios caídos. En la zona de A Escardia los vecinos lamentaron además daños en postes del tendido eléctrico, que amenazan con afectar a alguna vivienda próxima. La marcha de la borrasca Celine dejó paso a la llegada de Ciaran, que ha provocado la activación de la alerta naranja por fuertes vientos y lluvias en la costa gallega. Se esperan olas de entre 8 y 9 metros, de ahí que lo previsible es que la flota permanezca amarrada en puerto. Vilagarcía también está pendiente de las precipitaciones que se esperan, conscientes de que puede haber problemas puntuales de inundaciones.