Lo que parecía ser –a priori– una sesión plenaria de trámite acabó convirtiéndose en un debate muy caldeado en el punto en el que se hablaba de la aprobación de los pliegos del contrato del Servizo de Axuda no Fogar. En las primeras filas –y desde el arranque del Pleno– esperaban pacientemente varias trabajadoras del SAF que querían hacerse oír. Aguantaron pocos minutos, dado que ya en la lectura de las condiciones del nuevo pliego se escuchaban gritos de “mentira, eso es mentira”. Fueron advertidas hasta en tres ocasiones por el alcalde, Alberto Varela, que les recordó que “non tiñan solicitude de participación no pleno e, polo tanto, non poden falar”. Poco después las expulsó y ordenó que la sesión continuase “a porta pechada”.
Mientras el debate arrancaba dentro la indignación se palpaba fuera. “Nos tratan como fregonas”, explicaban las trabajadoras. Apuntan que el pliego elaborado por Partido Socialista y BNG “no ha cambiado. Es el mismo que hace cuatro años” y resaltaron que “dicen que aumenta la cantidad, el dinero, pero va para las empresas, no para las trabajadoras. Nosotras seguimos igual de precarizadas”.
Las afectadas lamentan que en el citado pliego no se incluyesen cuestiones que –para ellas–son vitales como es el tema del transporte. “Los traslados de un domicilio a otro salen de mi bolsillo. Hay compañeras que hacen 45 kilómetros diarios y que ni siquiera están a jornada completa. ¿Mileuristas? En el mejor de los casos, porque ahora se puso de moda que las empresas no te contraten a jornada completa”, declaran.
Las trabajadoras se mostraron “defraudadas, decepcionadas y estafadas” tanto por parte del gobierno local como del BNG. “Los del Bloque dijeron que nos iban a mejorar las condiciones. ¿ Y ahora qué? ¿Lo han hecho?”. También lamentan que no “se haya contado con nosotras a la hora de redactar los pliegos, que sería lo suyo porque somos las que más conocemos el servicio”.
De hecho se preguntan “¿Qué ponen las empresas? Nosotras ponemos nuestro trabajo, nuestro coche y nuestro teléfono. Cada vez somos menos porque nadie quiere trabajar de esto y es normal, porque es muy precario”. Una precariedad –recuerdan– avalada por diferentes informes de Inspección de Trabajo e incluso sentencias judiciales.
En el interior los diferentes partidos de la Corporación debatían un pliego que ha tardado meses –más de lo esperado–en llegar a la votación plenaria. Eso sí, llegó con la garantía de que el equipo de gobierno contaba con el apoyo del BNG para sacarlo adelante.
La portavoz del gobierno, Tania García, defendió que los precios por hora que figuran en el pliego son “os máis altos de toda Galicia” y que después de varias reuniones se introdujeron en la documentación “as propostas que foron asumibles e cun prezo que garante as mellores condicións do servizo tanto para as traballadoras como para os atendidos”. Insistió en que es un contrato de ocho millones de euros que “ten que rexirse pola lei, porque estamos falando de cartos públicos”. Apuntó que ni el salario ni las condiciones laborales de la plantilla pueden figurar en el pliego porque eso “está no convenio”. Un convenio que reconoció que “non é xusto”.
Por su parte la portavoz nacionalista, Rosa Abuín, defendió su posicionamiento respecto a este contrato alegando que “teño claro que se non aprobamos isto agora aquí vai a ser peor, porque vai haber que acatar os pliegos anteriores”. Indicó que “votar en contra disto é votar a favor da empresa que agora mesmo está explotando ás traballadoras”. La conservadora Elena Suárez criticó abiertamente al ejecutivo socialista por “no haber contado con todos los partidos para elaborar este pliego” e incidió en que “somos testigos de que el comité de empresa no está para nada de acuerdo con él”. De hecho el PP criticó también abiertamente al BNG por apoyar esta propuesta y se preguntó “¿Por qué lo dejamos en la mesa para el debate hace unos meses? ¿Qué consiguieron ustedes de mejoras para las trabajadoras en todo este tiempo?”.
Por su parte el portavoz de Esquerda Unida, Juan Fajardo, criticó que “un goberno que se di de esquerdas vaia incrementar a brecha de xénero” e incidió en que “apróbase este pliego cun acordo entre PSOE e BNG a cambio dunha liberación. O tema do transporte que reclaman as traballadoras debería contemplarse porque é unha mellora do servizo e pode facerse”.
Alberto Varela aprovechó que fue el último en tomar la palabra en este punto para reiterar que “non vou tolerar faltas de respecto neste pleno mentres eu o presida”, en referencia a su decisión de expulsar a las trabajadoras del SAF. Insistió en que es uno de los mejores pliegos de Galicia e instó a la plantilla a montar su disconformidad ante la Xunta de Galicia respecto a un convenio que no se modifica desde hace ampliamente más de una década. Aprovechó además para recriminar al gobierno autonómico que “se estea deixando o peso deste servizo nos concellos cando é a súa competencia”.