El gobierno local de Vilagarcía exige al Estado que agilice la regeneración pendiente de la playa A Concha- Compostela. El edil de Turismo, Álvaro Carou, se reunió el martes con el jefe del Servizo Provincial de Costas y responsables de Tragsa, para planificar la actuación que prevé erradicar el molesto cadillo.
El encuentro, celebrado a instancias del gobierno local tuvo lugar al día siguiente de que el Ministeiro aprobase definitivamente el proyecto para el arenal vilagarciano. Superado este trámite y contando con los tiempos legales de contratación, los responsables de Costas fijaron el inicio de los trabajos en el mes de abril.
El edil aprovechó el encuentro para trasladar el malestar del ejecutivo local por el retraso que wacumula la obra, que inicialmente estaba prevista para el mes de noviembre. Dados los nuevos plazos, desde el organismo estatal plantearon la posibilidad de aplazarla hasta después del verano, lo que Carou rechazó para evitar que los problemas sigan creciendo con la llegada del calor, cuando vuelve a florecer el cadillo.
Ya con la perspectiva de iniciar en abril, el edil socialista demandó que se agilicen al máximo posible, para reducir el plazo de ejecución. Así se comprometieron tanto el jefe provincial de Costas como los responsables de Tragsa de Galicia y el director de obra. Como solución, los técnicos propusieron realizar las operaciones por tramos de 200 metros, perfectamente acotados y vallados. La intervención solo afectará a la zona seca de la playa, liberando a las zonas marisqueras.
El proyecto que Costas del Estado se comprometió a ejecutar en A Concha- Compostela tiene dos objetivos fundamentales: Eliminar el cadillo y mejorar la calidad de la arena de la playa urbana. La molesta planta invasible fue detectada hace unos años. Sus semillas, en forma de pincho estrellado, causan graves molestias al clavarse en los pies, los zapatos, las ruedas de los biciletas o las patas y morros de los perros que acuden en temporada baja.
Tras los intentos llevados a cabo para su retirada manual y tras comprobar que se encuentran en la capa más superficial de la arena, en una franja de 30 centímetros de grosor. En base a esta condición, la solución aportada por Costas es retirar ese estrato y soterrarlo en zanjas de dos metros de profundidad. Antes de taparlo, se bomberará de agua salada edl mar para quemar las semillas y acelerar su muerte.
Además, en las catas realizadas se detectó que la arena situada en las zonas más profundas es de mejor calidad que la de la superficie, por lo que la actuación se aprovechará para voltear el material, de tal forma que los áridos más finos sean los que queden arriba.