Más o menos los mismos clientes, pero con unas cifras de ventas muy alejadas de las que se conseguían antes de la pandemia. Este es el balance que –desde la asociación de comerciantes Zona Aberta de Vilagarcía– hacen de la campaña de Navidad y también del arranque de las rebajas. “Hemos comprobado con los sorteos que hay clientes, sí, pero que gastaron muchísimo menos que en años anteriores en sus compras”, explica la presidenta Rocío Louzán. Ella indica que a principio del mes de diciembre la cosa fue “muy floja” y que con el paso de los días “fue mejorando”, pero lejos de la clientela que habitualmente pisaba Vilagarcía para hacer sus compras navideñas. “Imagino que influye todo, el mal tiempo que hubo que hace que la gente se quede en casa o también la subida de precios que está afectando a todas las familias y a todos los bolsillos”, manifiesta.
Por el momento desde Zona Aberta apuntan que el número de socios se va manteniendo, aunque reconocen que el panorama que se presenta en el año 2023 es incierto. “No podemos hablar de un futuro claro, porque hay mucha gente que tiene que enfrentarse a muchos pagos y la cosa parece que se está poniendo complicada”, expone.
De hecho la mayor preocupación de los comerciantes en Vilagarcía es poder abonar el precio del alquiler de los bajos (que en muchas zonas está por las nubes) y también hacer frente a los gastos corrientes. “La electricidad sube, también hay que pagar seguros, autónomos... y mucha gente lo pasa mal”, reconoce Louzán.
Lo que está claro es que campañas como la de Navidad son un respiro para muchos sectores comerciales, dado que es una época del año en la que se vende por encima de la media. “El problema está en que fuera de esas épocas concretas está el resto del año y para mantener un negocio hay que vender algo más que en Navidad o en rebajas”, manifiesta la presidenta del colectivo comercial.
De hecho el arranque de la temporada de descuentos tampoco ha sido muy satisfactoria –al menos de momento– para la asociación de comerciantes vilagarciana. “Creemos que el mal tiempo tiene culpa de que no se esté viendo mucha gente por los comercios. Todo afecta”, aclara.
Bien es cierto que el primer día de rebajas –que este año coincidió en sábado– pudo verse un importante flujo de personas sobre todo en las grandes cadenas textiles, pero es un flujo que ha decaído notablemente ya durante los días de toda esta semana. De hecho se espera que enero sea un mes especialmente duro para el comercio, después de los “excesos” en cuanto a gasto de la clientela en diciembre.
Cabe recordar que en las principales calles comerciales de la capital arousana el alquiler llega a alcanzar cifras muy notables. De hecho es muy difícil encontrar un bajo por menos de 1.000 euros y algunos más grandes y colocados en zonas estratégicas llegan a alcanzar los 5.000 al mes. A ello se suman los costes de electricidad que tienen que abonar y también otros gastos de arranque del negocio que hay que mantener durante bastante tiempo. “Para algunos es imposible”, reconoce Rocío Louzán.