La Vía Láctea sufrió un gran choque hace entre 8.000 y 10.000 millones de años contra un objeto más pequeño, apodado la “galaxia de la Salchicha”. Una colisión que fue un evento decisivo en la historia temprana de nuestra galaxia al redefinir su estructura.
El choque cósmico moldeó tanto el núcleo interno como el halo exterior de la Vía Láctea, según una serie de estudios realizados por un grupo internacional de científicos publicados en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, The Astrophysical Journal Letters y arXiv.org. Los astrónomos consideran que hace entre 8.000 y 10.000 millones de años una galaxia enana se precipitó contra la Vía Láctea y no sobrevivió al impacto, se rompió rápidamente y sus restos están aún a nuestro alrededor.
“La colisión hizo pedazos la galaxia enana, lo que dejó a sus estrellas moviéndose en órbitas muy radiales”, que son largas y estrechas como agujas, explicó en un comunicado Vasily Belokurov, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y del Instituto Flatiron de Nueva York. La trayectoria de esas estrellas las llevo muy cerca del centro de la Vía Láctea lo que, para Belokurov es un “signo revelador de que la galaxia enana entró en una órbita realmente excéntrica y su destino estaba sellado”.
Las trayectorias de las estrellas tras ese choque le valió el apodo de la “Salchicha Gaia”, explicó Wyn Evans, de la Universidad de Cambridge, pues al trazar las velocidades y trayectorias de las estrella, la forma que quedó era la de ese alimento. Nuestra galaxia siguió chocando con otras galaxias, como la “insignificante galaxia enana de Sagitario”, pero la “galaxia de la Salchicha” era mucho más masiva.
Cuando aquella galaxia enana se estrelló contra la Vía Láctea “su penetrante trayectoria causó mucho caos. El disco de la Vía Láctea probablemente se hinchó o incluso se fracturó y habría tenido que volver a crecer”. Los astrónomos indicaron que evidencias de la remodelación de nuestra galaxia se ven en la trayectoria de las estrellas heredadas de esa “galaxia Salchicha”.