El restaurante Miramar Playa de Boiro, que en la tarde del domingo prácticamente se vio reducido a escombros como consecuencia de un voraz incendio, es una de esas instalaciones que tienen sobre ellas la amenaza de una orden de derribo por encontrarse en zona de servidumbre. En su caso, desde la Demarcación de Costas sostienen especialmente desde hace tres décadas que el restaurante que hay en el sótano, que no se vio afectado por el fuego, pero si quedó anegado por el agua usada en la extinción, y la galería situada encima se sitúan dentro de los 20 metros de protección de la Ley de Costas, y más concretamente en los seis metros de zona de tránsito, en donde nunca le darían autorización para construir.
Suso Santamaría, hijo del dueño de ese negocio, que desde hace más de dos años y medio regenta otra persona en régimen de alquiler, recordó ayer, entre el bloqueo que en estos momentos le provoca lo sucedido, que “era moi neno cando se empezou a litigar por esa cuestión”, pero hasta ahora no se ha dictado la ejecución la resolución firme de esa demolición. Pese a esta situación de incertidumbre y lo gravemente dañada que quedó la estructura del establecimiento, principalmente de madera, tras ser devorado por las llamas, y que hace pensar en que deberá ser derribado, él aún deja alguna puerta abierta al manifestar: “ainda que foi un duro golpe, o futuro todavía está por escribir”.
Inundación de A Pousada
Cabe recordar que otro negocio puesto en marcha por Suso Santamaría, que por aquel entonces era A Pousada das Ánimas, ya se vio gravemente afectado. En aquella ocasión fue víctima de filtraciones de una terraza, y emprendió una campaña para recaudar donativos con los que acometer su reparación, poniendo los nombres de los benefactores en el local. Aunque en esta ocasión la situación es algo distinta, nadie descartaba ayer que el restaurante Miramar Playa vaya a renacer de sus cenizas. De todos modos, habrá que esperar acontecimientos para que se pueda saber si este establecimiento hostelero tendrán continuidad o no.
Mientras tanto, efectivos de la unidad especial de investigación de incendios de la Guardia Civil de A Coruña estuvo a primera hora de la mañana de ayer inspeccionando el escenario del incendio para tratar de determinar cual fue el origen, pero por el momento no se quieren aventurar a indicar nada al respecto pues siguen abiertas las pesquisas. Suso Santamaría manifestó que lo más importante de lo sucedido es que “non lle pasou nada a ninguén”.
Santamaría detalló que una de sus grandes preocupaciones fueron las diez botellas de gas propano que había junto la cocina, pues de haber una fuga podría haber una tragedia mucho mayor en todo el entorno. Detalló que informó de ello a los bomberos, que las localizaron y protegieron. Se llegó a apuntar que se produjo algún escape de gas, pero de lo que se trató fue del aire de compresores que había en el local. Pese a que los profesionales de extinción enfriaron todo con abundante agua, tuvieron que regresar a las seis de la madrugada ya que se reactivó el fuego en la zona de la barra, pero en media hora lo solventaron.