Los colegios Pé do Corniño y A Capela, en la parroquia ribeirense de Carreira, disponen desde ayer de tres y dos detectores de dióxido de carbono, respectivamente, que les permitirán controlar, como se establece los protocolos anticovid de la Consellería de Educación, las emisiones de ese compuesto químico en las aulas y otros departamentos sin necesidad de abrir tanto sus ventanas. Esta dotación les ha llegado gracias a la acción solidaria por parte de uno de sus vecinos, Abraham Benítez, conocido por estar muy involucrado en la actividad deportiva, y a la implicación de la asociación de padres de alumnos de ambos centros educativos, que preside José Manuel Sanmiguel.
Abraham Benítez organizó una carrera benéfica que tuvo lugar el pasado 8 de diciembre, que contó con 90 inscritos y que, debido a la situación generada por la pandemia de la Covid-19, se tuvo que desarrollar a modo de cronoescalada y con salidas individualizadas casa 30 segundos. El dinero recaudado -450 euros-, fue entregado a la APA “A Guía” y lo destinó a la adquisición de esos dispositivos, algo que agradecieron desde las direcciones de ambos colegios, de las que Beatriz Fernández y Rosa Ramos son sus máximas responsables.
Sanmiguel indicó que desde la Consellería de Educación no les están dando mucho a estos colegios para hacer frente a la Covid-19, pues incluso le remitieron a mediados de diciembre un escrito para solicitarle unos purificadores de aire “e nin tan sequera se dignaron en respondernos respecto a algo para o que a inspectora de zona e as directoras non nos poñen problemas”. Precisó que al no poder contar con los equipos solicitados, además de que tampoco están regulados, fue cuando se decantaron por comprar los detectores de dióxido de carbono para rentabilizar mejor la apertura de las ventanas para seguir ventilando sin incumplir el protocolo de la Xunta.
El presidente de la APA y la directora del CEP Pé do Corniño indicaron que estos colegios se ubican en una zona con temporales, viento y lluvia y abrir mucho las ventanas supone realizar un gasto mucho mayor del que ya tienen que asumir en calefacción, sobre todo al disponer de un escaso presupuesto. Al disponer de esos detectores, el objetivo que se marcan es abrir las ventanas a primera hora, a media mañana y en la última hora, pero también se verá obligados a hacerlo si los valores que se registran están por encima de 1.000 partes por cada millón de moléculas de aire.