José Féliz Tezanos, antiguo y respetado catedrático de Sociología, que ha ido evolucionando hasta convertirse en profeta a sueldo de Pedro Sánchez, ha desvelado que no hay que hacer más cábalas sobre las elecciones autonómicas de la región catalana, porque las va a ganar, sin duda, Salvador Illa, con más de cuatro puntos de diferencia sobre su inmediato seguidor, ventaja que de aquí al 14 de febrero seguro que aumenta.
Las únicas dudas que existen las albergan los más de 80.000 componentes de las mesas electorales, que se van a tener que jugar su salud, y que van a sufrir un riesgo evidente, ante la perspectiva de tener que convivir, durante 13 ó 14 horas, con una docena de personas, provenientes de una docena de hogares diferentes, cosa que está absolutamente prohibida; que lo harán en unos locales que no están al aire libre, y que tienen asegurada la visita de personas enfermas de coronavirus, convivientes con esas personas, votantes sometidos a cuarentena, etcétera, etcétera. Es cierto que les van a proporcionar equipos de protección, pero nadie les va a enseñar ni a ponérselos ni a quitárselos –es imposible hacerlo a más de 80.000 personas– y si médicos y enfermeras, en ocasiones, se contagian por un descuido a la hora de quitarse la protección, imaginen el porcentaje de contagios que se producirán entre 80.000 inexpertos, como los somos usted lector y yo mismo.
Debido a este peligro, indudable y predecible, unas 10.000 personas han solicitado el amparo del Defensor del Pueblo, porque poseen el miedo razonable de que pueden enfermar
La Junta Electoral les amenaza con multas, y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña parece que ampara esta insensata situación contra la salud colectiva de Cataluña, que puede ser histórica, como histórica será la abstención y la imposibilidad de formar algunas mesas electorales.
Pero no se molesten: por muchos muertos que haya después triunfará Illa. Los muertos a este hombre no le afectan, al contrario, le llevan siempre al triunfo.