Carlos Padín regresa mañana al campo de A Lomba, donde hace dos décadas arrancó con fuerza su inagotable carrera deportiva. Más de 20 años de magia en el fútbol profesional y amateur de Galicia y España. El catoirense suma más de medio millar de partidos en sus botas en una decena de clubes; Catoira, Arosa, Pontevedra, Deportivo, Rácing de Ferrol, Lleida, Logroñés, Ourense, Órdenes y ahora Boiro. Padín es historia viva del fútbol gallego. Debutó en Primera con el Depor con 23 años, llevó al Racing de Ferrol y al Pontevedra a Segunda A, trazó gran parte de su trayectoria en Segunda B y ahora alarga sus años de fútbol en Tercera.
El genio de Catoira sigue marcando diferencias entre líneas, por su calidad técnica y su visión de juego privilegiada. La cuerda parece no acabarse. “ Nunca pasei polo quirófano, tiven esa sorte, eu vou pouco a pouco, non penso na retirada, mentras me atope ben, vou seguir xogando”. Con 39 años es el ‘abuelo’ de Tercera, algo que se toma con filosofía, “non me fixo no DNI, a verdade é que antes non pasaba isto, os rapaces viñan por detrás pedindo paso e non había tantos veteráns nestas categorías”.
Todo empezó en el Catoira, desde donde llegó al Arosa en la temporada 93-94, cuando las victorias aún valían 2 puntos. “Foi un salto grande, de Primeira Rexional a Segunda B, custoume moito adaptarme á categoría e á esixencia do adestrador (Félix Carnero), pero aprendín e mellorei”. Tanto fue así que junto al valgués Luisito fue a probar por el FC Barcelona. “¿Por qué non quedei? habería que preguntarlle a eles, eran outros tempos, sin representantes como agora”.
Tras dejar el Arosa y previo primer paso por el Pontevedra (estuvo en tres etapas en Pasarón), el mago llegó al filial de un Deportivo que ya disfrutaba de sus años de gloria. “Chegamos a debutar en Primeira, pero estaban Fran, Djalminha, Mauro Silva, Rivaldo...agora é máis fácil chegar porque non hai tantas fichaxes, as circunstancias eran outras, xogadores daquela como Viqueira, Maikel ou Dani Mallo hoxe serían importantes no Deportivo”. Con 25 años recaló en el Rácing de Ferrol, al que logró llevar a Segunda A con extraordinarias actuaciones en la fase de ascenso. Exhibiciones que le abrieron las puertas en el fútbol profesional. Lo fichó el Lleida, pero una fisura en el peroné y un cambio de entrenador truncaron su escalada. Recaló en el Logronés, donde coincidió con el meta del Arosa Jorge Pérez.
ídolo granate
Tras una década en la que acumuló experiencia y aprendizaje, el mejor Padín recalaba en el Pontevedra en 2002. El mago catoirense encandiló a la afición granate, con el ascenso y la temporada en la división de plata como recuerdo imborrable. Prosiguió impartiendo cátedra en el CD Ourense, pero los problemas económicos forzaron su salida.
En 2007, de la mano de su buen amigo Juan Laxes, bajó el listón para volver al Arosa en Tercera. Estuvo dos temporadas, “a nivel futbolístico disfrutei, había bos xogadores, pero tamén é verdade que tivemos outro tipo de problemas”. Fueron años de desengaños en lo económico, pero en el Órdenes encontró la estabilidad. “O mellor clube no que estiven en canto a seriedade nese aspecto” reconoce un Padín que con 35 años fue reclamado por tercera vez por el Pontevedra en Segunda B. “O clube agora está moi mal no aspecto económico, pero eu téñolle moito cariño, foi o que máis me marcou”. En Pontevedra tuvo a los entrenadores que le calaron más hondo, “Gay e Alfaro”, en el caso del segundo “sorprendeume, xogara contra él e tiña uns prexuicios, como adestrador demostroume ser un dos mellores en todo”.
ambición con el boiro
En la presente temporada en Boiro, cerca de casa, Padín disfruta del fútbol al borde de los 40 y conserva el apetito competitivo. “Temos un bo plantel, estou convencido de que podemos xogar o play-off”. Lograr otro ascenso le motiva, si bien deja claro que “se o acadamos non seguiría, a Segunda B é unha categoría na que por circunstancias persoais agora xa non podo afrontar”.
Cuando echa la vista atrás se enorgullece de su dilatada trayectoria. Y responde a los que criticaron su supuesta falta de disciplina como factor que entorpeció su progresión hacia la élite. “Eu estiven en moitos vestiarios, cando estás solteiro a todos lles gusta saír. Teño case 40 anos e sigo xogando, para logralo hai que coidarse”.
Reconocido madridista y admirador de Zidane y Ronaldo Nazario, considera a Messi “o mellor do Mundo” y apunta al apartado físico como la mayor revolución que ha notado como futbolista a lo largo de estas más de dos décadas. “Agora as pretemporadas son con balón, os preparadores físicos cambiaron”. A nivel de juego y futbolistas expone una interesante teoría. “Eu aprendín a xogar na rúa, isto tamén cambiou, hai mellores instalacións e máis clubes, pero os pais son o gran problema do fútbol base”.