os nuevos fósiles de dinosaurios pertenecientes al Triásico Superior (o Triásico Tardío) descubiertos en Argentina ofrecen una nueva perspectiva acerca de las teorías que se tenían sobre cómo estas criaturas crecieron hasta alcanzar grandes dimensiones.
Según se describe en un estudio publicado ayer en la revista Nature Ecology and Evolution, este espécimen (de una antigüedad de entre 237 y 201 millones de años), se encuentra entre los primeros saurópodos gigantes. Se trata de una especie de dinosaurio 30 millones de años más longevo que sus primos los titanosaurios, un hallazgo que modifica las ideas que se tenían sobre cómo estas criaturas pudieron alcanzar grandes tamaños.
Al contrario que sus sucesores, los primeros dinosaurios de la familia de los Diplodocus o los Braquiosauros eran pequeños y tenían solo dos patas. Además, vivían en la zona que corresponde al sudeste del supercontinente Pangea. Según el documento, la teoría más extendida afirmaba que la adquisición del “cuerpo gigante” se produjo durante el Jurásico y se relacionó con cambios esqueléticos presentes en la rama de Eusauropoda.
Sin embargo, el nuevo hallazgo revela que el primer pulso hacia el gigantismo en los dinosaurios ocurrió más de 30 millones de años antes de la aparición de los primeros saurópodos modernos. En esta nueva teoría se destacan, como factores fundamentales para la evolución, una tasa de crecimiento altamente acelerada, un sistema respiratorio mejorado de estilo aviar y modificaciones en la musculatura epaxial vertebral y extremidades posteriores.
Si bien el origen del gigantismo en los saurópodos modernos fue una etapa fundamental en la evolución de los dinosaurios, “un registro fósil incompleto oculta detalles de este crucial cambio”. “Estas averiguaciones muestran que hay más de una manera de ‘crear’ un dinosaurio gigante y que los icónicos saurópodos cuentan con una larga historia de innovación evolutiva tras ellos”, destaca el documento. l