Pocas veces se ha visto tan superado el Ribadumia esta temporada. Quizás ninguna. El Fabril se llevó los tres puntos con tres goles de Marcos Remeseiro. Pero si no los marcase él hubiera sido otro. La superioridad deportivista fue notoria en una tarde desapacible, con una lluvia incómoda y persistente. El campo aguantó muy bien, pero manejar la pelota no era fácil. Tocaba el césped y volaba. Y en una situación así manda la calidad. Y en calidad van sobrados los jóvenes jugadores deportivistas.
Arrancó bien el Ribadumia y tuvo la ocasión de adelantarse a los tres minutos. Gran acción combinativa y disparo final de Óscar Guimeráns que encontró una mejor respuesta de David. Tres minutos y ahí se acabó el bagaje ofensivo aurinegro.
El partido entró en una fase de mucho centrocampismo y juego donde no se deciden los partidos. Los porteros no participaban y el encuentro avanzaba sin más. Hasta los últimos diez minutos. Empezó entonces el Fabril a pisar el acelerador. Remeseiro fue el primero. Un centro-chut suyo lo atajó Javi Sánchez, al que le esperaba una segunda parte de mucho trabajo. En el 42 y en el 43 Álex protagonizó dos jugadas calcadas en su desarrollo y distintas en su desenlace. En las dos se escapó de los centrales, pero en la primera Arán (central derecho) estuvo listo y tocó lo suficiente y Javi Sánchez se hizo con la pelota. En la segunda el listo fue Álex, que supo esperar la embestida de Miguel Vázquez. Penalti y primer gol de Remeseiro. Justo antes del pitido y tomar rumbo a vestuarios.
Tras el saque de centro los de Manuel Mosquera dejaron claro que no se conformaban. Álex disparó con poco ángulo y Javi Sánchez desvió a córner para luego atajar en dos tiempos un balón rematado de cabeza por Iago.
El Fabril era amo y señor del partido. El Ribadumia no encontraba la pelota ni encontraba a Changui, muy bien controlado y alejado del área.
Buscó Gabi Leis soluciones desde el banquillo. Metió a Bisti por Ismael y pasó a un 4-2-3-1 buscando más equilibrio. Pero el partido ya había tomado un rumbo y no había manera de cambiarlo. Los dos equipos vanzaban a distinta velocidad.
Javi Sánchez despejó un buen disparo de Ángel, pero nada pudo hacer ante Remeseiro. Recibió un pase por derecha y desde el vértice del área golpeó en balón con sutileza. Vaselina magistral y 2-0. Parecía sentenciado el partido pero una mano de Iago le dio opciones al Ribadumia. Penalti y todos cantaban ya el gol. Lo tira Changui, no hay problema. Pues falló (lo paró David). Y si Changui falla los penaltis... pues poco se puede hacer ya. El Ribadumia se resignó a la derrota antes incluso de que Remeseiro pusiese el broche al partido con su tercer tanto aprovechando un centro raso de Francis.