La pasarela de Madrid se despidió ayer con aires de inspiración cambadesa, los de la joven diseñadora Eva Soto Conde que mostró su colección para la primavera-verano 2014. Su estilo inconfundible con aires renovados parece que convenció a los más críticos. De hecho, era la segunda vez que participaba en esta meca de la moda, dentro de su plataforma EGO, destinada a jóvenes creadores. La cambadesa fue la penúltima de todo el plantel de promesas del diseño nacional e internacional con una línea en la que predominan los tonos claros con pinceladas de color. Un compendio de estilismos extraídos de estudio del patronaje, las matemáticas y la geometría expresados en diversos medios y técnicas. Eso sí, doblez a doblez, reinterpretando el milenario arte del origami, creando esas texturas que tanto la caracterizan y que llevan la prenda hasta el infinitivo, sobre caminos de algodón, seda u otros tejidos que acompañan el paso de las modelos.
Su vuelta a la Mercedes Benz Madrid Fashion Week ha servido para ir consolidando su presencia en este duro mundo, para demostrar que ha madurado pero sin perder la esencia que la llevó la primera vez.
Es un paso más para cumplir su sueño: contar con su firma de alta costura. Para empezar, de este gran escaparate ya dio el salto a otros fundamentales, como Vogue.es, y solo en unas horas.