Cuando en el año 2008 se promovió la regeneración de varias playas arousanas con arena procedente del río Miño, pocos repararon en las consecuencias negativas que podría acarrear para el ecosistema y la biodiversidad de la Ría. Vilaxoán, Vilagarcía, Bamio e incluso la playa fluvial de Catoira se cubrieron con esta arena, una situación que alertó al director de la Estación de Hidrobioloxía Encoro de O Con, Fernando Cobo, que por aquellas fechas advirtió a la Dirección Xeral de Conservación da Natureza de la Xunta del “peligro” de introducción en el estuario del Ulla de especies exóticas. En concreto, una: la almeja asiática (Corbicula fluminea).

Achacan su aparición a la regeneración de playas arousanas con arena del río Miño

Y los hechos han terminado por darle la razón. Los muestreos realizados por personal científico de la Estación de O Con confirman la presencia de almeja asiática “en densidades elevadas, sobre todo en la parte alta del estuario”, confirma Cobo. Las nasas de los valeiros, que desde principios de año trabajan en la pesca de lamprea, son testigos de su proliferación. Enganchadas en ellas extraen de forma abundante y frecuente conchas de esta especie invasora, dificultando su labor y ensuciando los aparejos con los que faenan.

"seria amenaza"

Fernando Cobo alerta sobre los efectos perniciosos que la “corbicula fluminea” puede acarrear para el estuario. Fuera de su área natural, en el sudoeste asiático, este tipo de almeja “es una seria amenaza para la biodiversidad nativa y el funcionamiento del ecosistema acuático, con posibles repercusiones en las cadenas alimentarias de las especies autóctonas y en los ciclos del ecosistema”, explica. Se sabe, por ejemplo, que esta especie exótica produjo “impactos negativos en la abundancia de los bivalvos autóctonos y en la diversidad de los ecosistemas de aguas dulces de todo el mundo”.

En lo que respecta a la Ría de Arousa, una de las más productivas de Galicia, Cobo advierte de la posible afección de la almeja asiática sobre los bancos marisqueros. Se trata de una especie de agua dulce pero que, en épocas de baja salinidad, podría avanzar hacia la boca de la Ría y perturbar la biodiversidad y, por ende, el desarrollo de las especies autóctonas del mar arousano. Cuestión esta que no debe pasarse por alto en una comarca que tiene en el marisqueo uno de sus principales recursos.

Recuerda el director de la Estación de Hidrobioloxía que a mediados del siglo pasado, en concreto en 1958, el ecólogo británico C.S. Elton requería la atención de la comunidad científica sobre la problemática de las especies exóticas. Se trata, en opinión de Fernando Cobo, de “un problema medioambiental crítico”, siendo considerado actualmente como una de las cinco principales causas de la pérdida de biodiversidad a nivel mundial.