Amigos: “Un hombre libre es aquel que, teniendo fuerza y talento para hacer una cosa, no encuentra trabas a su voluntad” (Thomas Hobbes).
Aquí estamos de nuevo, repartiendo empanadas, a todo lo que se mueva en la foto. No nos queda otra, resulta que ahora, los culpables de los brotes de la pandemía son los jóvenes, por su socialización en los botellones. Y van y lo prohíben, así tal cual. Llevo desde esta misma página, hablando de las causas del botellón, y sus consecuencias, sociales, higiénicas y médicas para los jóvenes, incluso menores de edad. Y siempre dije lo mismo. A los seres humanos, tan solo, se les domina con el miedo, como pasa ahora. Pero sucede que los jóvenes cometen errores, con sus ansias de vivir, ser más libres, y el alto poder de socialización por otro lado, necesario para su aprendizaje y bienestar personal futuro, siendo inherente al ser humano, por esa misma juventud y por lo tanto por su nula capacidad de racionalizar las consecuencias. A medida que van cumpliendo años, van volviendo a un cauce mas normalizado, eso sí, algunos quedarán marcados, quizás para el resto de sus vidas, por querer beberse el Nilo en varios tragos y no poco a poco, como sería lo más normal. El agotar las baterías. Por exceso de uso en poco tiempo, siempre trae malas consecuencias para su salud.
Desde los comienzos de esta costumbre, soy de los pocos que siempre dije y defendí a capa y espada, que esa no era la causa de fondo del problema, ni mucho menos. Había causas más profundas, que a cada cual les afecta de forma diferente, pero hay una que es común para la gran mayoría: Sus ansias necesarias de libertad y socializarse con sus iguales, y que mejor manera que esta. Si están en locales, están coartados por las normas del mismo. Están de manera opresiva en un lugar de ocio, eso es un rollo para los mismos, por lo tanto, ¿qué mejor estímulo que hacerlo en una calle, en un parque, o en descampado?, ¿qué mayor libertad pueden pedir?, Además y por otro lado, las autoridades no han sido capaces de ninguna de las maneras, de terminar con esa moda.
Mi forma de pensar es siempre igual, y nunca, nunca le eché la culpa a los jóvenes, pese a sus graves problemas que les pudiera causar, porque piensan de otra manera. Son jóvenes, y tienen una vida por delante, aunque algunos no lo harán: Por enfermedades causadas por la ingesta de alcohol, por accidentes de trafico provocados por dicho consumo excesivo, etc., etc. No, para nada son ellos los culpables de esas actitudes. Somos todos los demás, la sociedad en la que viven, con sus leyes, prohibiciones, multas, exigencias al máximo, provocándoles un setrés máximo, que tiene su válvula de escape en esas noches de alcohol, sexo y drogas, juerga ilimitada. ¿Qué joven dice que no a eso? Decirme uno.
En estos momentos de pandemia sí se crea otro problema añadido, que es el súper contagio entre ellos que, a su vez, lo llevan a sus hogares, producen un desastre entre generaciones y bajas en los mayores. Por ahí sí se pueden tomar medidas represivas y que entiendan el problema que pueden causar. Algunos lo entenderán otros no, porque es mayor su deseo de fiesta y adrenalina que la reflexión pausada.
En resumen, los jóvenes no son los culpables de los botellones, es la sociedad de los mayores que los empuja a ello. Por todo lo dicho anteriormente, el botellón en la actualidad es una costumbre ya social .Tardará años, y muchos, en desaparecer, no se supo o no se quiso cortarlo a tiempo y ahora es imposible, como las drogas. Hay demasiados intereses en el medio y ellos, las víctimas, sin saberlo y tan contentos. El tiempo será el único juez de esta problemática, que será nefasta para miles de ellos y su futuro. El problema ahora, son los contagios entre ellos, que afecta a los demás. ¿Sabrán ahora atajar el problema?. Me temo que no. Es tarde, muy tarde amigos, esto seguirá. Porque al campo ahora ya no se pueden poner puertas ni vallas. Y con las prohibiciones, lo multiplican. Seguiremos amigos, aún queda para contar. Un saludo. Saúde e terra.