Visto el pleno; la alcaldesa, Fátima Abal, seguirá al frente de Cambados y el presupuesto de 2021 se aprobará automáticamente, toda vez que se confirmó que no habrá la moción de censura que lo impediría, ante lo tajante del BNG, que ayer reafirmó que “nin propondrá nin apoiará” semejante medida.
Pero solo mantendrá la confianza de la cámara en términos técnicos, pues ayer no superó la votación de la cuestión de confianza vinculada al documento y tanto los nacionalistas como el PP y Pode demostraron que para nada apoyan su gestión. Especialmente broncos fueron los comentarios de sus exsocios, de hecho, se atacaron sin miramientos.
El debate sobre el documento en sí fue prácticamente un calco de la anterior sesión: la culpa de no alcanzar un acuerdo para aprobarlo es del de en enfrente. El bipartito empezó de buenas. Los concejales Samuel Lago (PSOE) y Xurxo Charlín (Somos) pidieron un “xesto”, “por favor”, por “coherencia de quen apoia unha investidura”, “rectificar é de sabios”... Nombraron incluso a los “bos e xenerosos” de Pondal para rogar que, si no van a presentar una moción de censura, se dejaran de “paripés”, fueran “sensatos” y le aprobaran el Orzamento para que los vecinos que necesitan de los servicios sociales y “están sufrindo” no tengan que esperar un mes más, como indicó la regidora.
El bipartito poco esperaba del PP, así lo dijo, pero con el Bloque siente “decepción”. El líder de Somos, Tino Cordal, defendió que tras las elecciones de mayo están instalados en el “rencor” porque querían las mismas cuotas de gobierno del cuatripartito “mentres perdían votos e representación”, apuntó Charlín.
“Só vexo bofetadas”
Pero su portavoz, Víctor Caamaño, se defendió: “Non pediamos máis competencias, senón garantías para traballar sen que os compañeiros de goberno nos clavaran puñais pola espalda. Non é saudable ir con determinada xente”. También que apoyar la investidura para evitar un gobierno de derechas no significaba “ir a morte” con el bipartito y, aunque dijo que “nunca promoverán nin apoirán” una posible moción de censura del PP, también dejó claro “nunca estivemos tan lonxe dun goberno” porque “o único que vexo son bofetadas”.
Insistió Caamaño en que “a realidade é que nun pleno de 17 hai sete no goberno” y que la minoría obliga a “tender pontes”, pero “parece que lles gustan máis as trapalladas na prensa e nas redes sociais”. Para el nacionalista este es el “xogo democrático”, pero “non sabedes negociar, se se quere arrranxar algo non se fai como fixo este goberno”, añadió.
Duros comentarios que se sumaron a otros reproches cruzados también desde la bancada del bipartito y de Pode, dejando al PP casi como un mero espectador del despellejamiento entre los exsocios en que casi se convirtió la sesión.
El viaje de Abal Varela
De hecho, la alcaldesa entró en un juego que llevaba tiempo evitando; cansada y molesta de las continuas insinuaciones de José Ramón Abal Varela (Pode) sobre sus viajes a Fitur en los plenos –aunque también con los populares por sacar la casa de sus padres en los medios, “aínda sigo esperando desculpas”–, aseguró que, cuando era edil, viajó al sur “acompañado da súa parella e non sabemos a cargo de quen”.
Abal Varela no se quedó atrás y manifestó que Charlín es “o maior farsante e manipulador sen precedentes nesta cámara”, a colación de que no aceptaron su propuesta de crear ayudas directas a los sectores afectados por el Covid. De hecho, desde la bancada socialista le pidieron que rebajara el tono.
Para el líder de Pode, que la regidora dijera ya en 2019, que podía acudir a la moción de confianza, es tener a la oposición “ano e medio ameazada”. Además les acusó de actuar con “oscurantismo” pues intentó obtener las actas de las numerosas reuniones que, dice el bipartito, mantuvo con agentes sociales para conocer sus propuestas al presupuesto pero no las hay. Y, tanto él como el BNG, dejaron en evidencia que se limitaron a tres entidades.
Pero para el bipartito, solo hicieron gala de un “bloqueo” para ver como “este goberno se desploma”, lo que “é irresponsable e de vergoña”, declaró la regidora. Además de insistir en que “é o orzamento co maior gasto social da historia (...) sigo sen saber cal é o problema”, según Charlín.