Desde que Pedro Sánchez anunció que no se prorrogaría el estado de alarma más allá del próximo 9 de mayo, los casos no han dejado de subir. Las comunidades no paran de repetir que necesitan herramientas jurídicas para poder dictar normas restrictivas sobre la población, y las vacunas siguen sin llegar. Por eso, no es extraño que la ministra portavoz, María Jesús Montero, asegurara el lunes que la previsión del Ejecutivo sigue siendo la de no prorrogar el estado de alarma y que, en todo caso, si decidiera hacerlo, sería porque así lo recomiendan los expertos. Un matiz importante frente al no a la prórroga tajante enunciado por Sánchez: parece que ahora ya hay posibilidades de que tengamos que seguir confinados perimetralmente y con toque de queda. La cuestión es que todo dependerá del volumen que la petición de la prórroga llegue a alcanzar. Vamos, que Sánchez está deseando poder decir eso de “ya que me lo pedís todos, pues ahí teneis vuestro estado del alarma”. Y, así, él sigue libre de polvo y paja.