El Concello de Vilagarcía tiene sobre la mesa tres propuestas para la gestión privada del Balneario. Es una de las opciones que se abre después de que el conflicto judicial por el edificio quedase resuelto y también, en 2017, los terrenos bajo el balcón fuesen desafectados por Costas.

La gestión directa municipal es otra de las opciones que se plantean, pero por el momento no hay nada decidido. Fuentes municipales apuntan sobre las tres iniciativas privadas que presentaron proyectos para la gestión del emblemático y deteriorado inmueble que “se están valorando” y que se informará en el caso de que se considere “la viabilidad de alguna” que, además, “resulte interesante y beneficiosa para el Concello”.

Serían iniciativas privadas que el gobierno local está valorando aunque, por el momento, no hay ninguna decisión

Lo que no está claro es en qué términos de uso se manifiestan dichas iniciativas, aunque todo parece indicar que el hostelero. Este es uno de los debates que se plantearon en su momento sobre el destino del Balneario, tras fracasar la anterior iniciativa, lo que derivó en un largo conflicto judicial.

En su día, los tribunales emitieron una sentencia que obligaba al Concello a devolver el Balneario a la antigua concesionaria, Placomsa, en el estado en el que lo dejaron. La imposibilidad de cumplir esta orden, debido a que el edificio fue sometido en 2010 a una reforma para convertirlo en una escuela de formación hostelera. El litigio se centró entonces en el asunto de las indemnizaciones y ya está resuelto.
También se resolvió la cuestión sobre el conflicto de competencias entre Patrimonio y Costas para la reforma del balcón del edificio. Al comprar el Concello los bajos, que fueron desafectados, esta cuestión queda resuelta.

Debates sobre su uso

En cualquier caso, sea directa o indirecta la gestión del Balneario, recuperarlo supondrá, de nuevo, una gran inversión. Con el bipartito PSOE- BNG se invirtieron 600.000 euros procedentes del Plan E en rehabilitar este edificio. La mayor parte del dinero se destinó a hacer frente a problemas estructurales. Durante el juicio, por parte de la defensa del Concello, se dio a conocer que las obras se habían quedado paradas precisamente porque el presupuesto no era suficiente

El edificio, que lleva desde 2004 en manos de Ravella, ofrece una imagen muy deteriorada y necesita una reforma

El Concello recuperó la gestión del Balneario en 2004 y durante estos 17 años fueron muchas las ocasiones en las que el mal estado del edificio salió a relucir en numerosas ocasiones. Sin embargo, desde la llegada al gobierno local de los socialistas encabezados por Alberto Varela fueron pocas las veces en las que se debatió el deterioro de las instalaciones, que hubo que parchear varias veces para evitar la entrada de personas sin hogar. Cristales rotos, la fachada que da al mar completamente cubierta del verde por la humedad y otros desperfectos forman parte de la imagen que ofrece el edificio situado en primera línea de playa. l