Los efectos del cambio climático en España son “ya evidentes” y se reflejan en aumentos por encima de lo previsto de la temperatura del aire y del mar, así como en el retroceso “muy preocupante” de los glaciares de montaña, ha advertido ayer la Asociación Española de Geografía (AGE).
Así se constata en un documento de la entidad en el marco del informe difundido el 9 de agosto en Ginebra por parte del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), que desde 1988 analiza para Naciones Unidas los efectos de esta emergencia en el planeta y que concluyó que la acción del hombre provocó el periodo más cálido en 2.000 años.
El grupo de Cambio Climático y Riesgos Naturales de la AGE, que preside Roberto Serrano Notivoli, manifestó su “preocupación” por los efectos que se están registrando en el país en el contexto del calentamiento climático global y añadió que el documento del IPCC “no deja lugar a dudas sobre las alteraciones que está registrando el sistema climático mundial y que tiene en la región mediterránea uno de los puntos calientes más destacados de la superficie terrestre.
Con el ánimo de contribuir a acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, en colaboración con las administraciones y los agentes sociales y económicos, el trabajo de la AGE refleja que en España el proceso de cambio climático actual está manifestando ya evidencias en todos sus elementos.
Intensidad de las olas de calor
El ya constatado incremento de la temperatura media superior a 1 grado centígrado en las últimas seis décadas se tradujo en una mayor duración, frecuencia e intensidad de fenómenos atmosféricos extremos como las olas de calor.
La pérdida de confort térmico es “manifiesta” en algunas regiones del sur y este de la península ibérica, donde las noches tropicales se multiplicaron por cinco desde 1980.
Además, el progresivo calentamiento propició un descenso progresivo en las precipitaciones de nieve y un retroceso muy preocupante de los glaciares de montaña, significativamente en los Pirineos, para los que se prevé una reducción radical de su extensión o su extinción tal y como se conocen en unas décadas.
El calentamiento climático provocó un incremento en la temperatura de los mares que rodean el territorio español, muy notablemente en el litoral mediterráneo que aumentó su temperatura en 1,4 grados en las últimas cuatro décadas, “más incluso que la subida de la temperatura del aire”.
Los expertos advierten de que esto favorece cambios en la dinámica atmosférica e incrementa el potencial para la ocurrencia de eventos de lluvia extremos.
“La enorme irregularidad pluviométrica de nuestro país también se vio afectada con un aumento en la severidad de las sequías con las ya evidentes consecuencias para la producción agrícola y la propagación y magnitud de los incendios forestales, por no mencionar las alteraciones en la distribución territorial de especies de vegetación y fauna”, alertan.