“No estamos reivindicando un espacio para Arousa Moza, sino un espacio para todos los jóvenes de Vilagarcía”. Con estas palabras el presidente del colectivo juvenil, Borja Santamaría, resume la motivación de la campaña de recogida de firmas que busca que el Concello les facilite una sede en la que poder reunirse tras ordenarles que desalojen las dependencias del Liceo.
Arousa Moza nacía en el año 2017 “porque nos dábamos cuenta de que no existían espacios para los jóvenes en Vilagarcía”. Dos años más tarde, en 2019, y dada la situación por la que aquel entonces atravesaba el Liceo, las dos partes firmaban un convenio de uso de las dependencias de Castelao. “Un convenio que sigue vigente”, explica Santamaría. A eso se agarran los jóvenes, que lamentan que “nos tuviésemos que enterar por los medios de que esto lo había comprado el Concello porque nadie, a pesar de que sabían perfectamente que nosotros estábamos aquí, optó por coger el teléfono y llamarnos”. Unas formas que, critica Borja Santamaría, no solo se han limitado a todos estos años de difícil convivencia entre colectivo y gobierno local. Ajenos a lo que estaba por venir, los jóvenes organizaron intercambios, programas de voluntariado con otros países y actividades todos los fines de semana en la sede liceística. “Pintamos y arreglamos cosas en el escenario en el edificio. A principios de este verano retomamos las actividades y no las deniegan desde el Concello. Y no lo hacen por escrito, sino que nos envían a la Policía. Los propios agentes pudieron constatar que se estaban cumpliendo las normas covid y que tal y como había otros colectivos en esos momentos realizando actividades en otros espacios, no entendíamos por qué a nosotros se nos ponían esos obstáculos”, explica el presidente del colectivo. Añade que “incluso pedimos por escrito que viniese un técnico del Concello para que dijese como había que ponerlo todo con las normas y también lo negaron”. Desde Arousa Moza creen que el “no por respuesta” fue la tónica que marcaron todos estos meses de difícil relación. El último desencuentro, recuerda Santamaría, fue hace tan solo unos días. “A principios de agosto nos dijeron que nos dejaban la luz y el sonido para el Arousa Inspira. Fue solo días antes cuando nos dicen que no, que hay una ordenanza del Concello que dice que la prioridad son los eventos propios. Pedimos saber cuáles eran esos eventos y no contestaron. La consecuencia es que tuvimos que pagar 1.200 euros para tener luz y sonido”, explica Santamaría.
De hecho a Arousa Moza le suenan a “excusas para salir del paso” las declaraciones de Alba Briones sobre sus reivindicaciones. “Dicen que no podemos seguir en el Casino mientras no empiecen las obras -cuando está claro que todavía van para largo- porque tienen que ir técnicos a hacer mediciones. Nosotros estamos los fines de semana y en la tarde-noche. ¿Van a ir en ese momento a medir?”, preguntan. Así las cosas también lamentan que “solo se nos pida a Arousa Moza abandonar la sede, cuando hay socios del Liceo que pueden seguir usándolas. ¿Por qué?”. El colectivo cree que “compran tantos edificios y a los jóvenes ¿dónde nos dejan? ¿Es mejor estar en bares o en casas de apuestas?”.