El Gobierno de China ha anunciado este lunes que queda prohibida la realización de exámenes a niños de seis y siete años en un intento por aliviar la presión sobre padres y estudiantes en el marco de un sistema fuertemente competitivo.
Normalmente, los estudiantes en China deben someterse a exámenes desde el primer curso de Primaria hasta que entran en la universidad. Sin embargo, el Ministerio de Educación considera que la presión está "dañando física y mentalmente" a los alumnos.
En un comunicado, el Gobierno ha indicado que los "exámenes forman parte de la educación, si bien algunos colegios han tenido problemas debido a un exceso de pruebas, que han provocado una presión extra sobre los estudiantes". "Esto debe ser corregido", recoge el texto al que ha tenido acceso la cadena BBC.
Las medidas regulan, además, el número de exámenes por cuatrimestre. Así, los menores de siete años no tendrán que someterse a examen alguno. No obstante, voces críticas han puesto en duda la forma en que las escuelas podrán medir las capacidades de los alumnos en caso de carecer de exámenes.
El anuncio se enmarca en una serie de reformas puestas en marcha por Pekín en el sector educativo. La desigualdad en la educación también es un problema en el país y afecta a la compra de viviendas.
Este mismo año, el Ministerio de Educación chino prohibió las tareas extraescolares para los alumnos de seis y siete años y limitó a una hora y media el tiempo máximo dedicado por los alumnos de secundaria a estas tareas.