Nadie dudaba de que, más temprano que tarde, Adolfo Jiménez Suárez, “El Ratilla”, el individuo que en los últimos meses sembró el pánico en Ribeira, acabaría pisando nuevamente una cárcel. De hecho, más de la mitad de los 43 años que tiene en la actualidad los ha pasado en prisión de manera consecutiva, al concatenar condenas, algunas de pocos meses y otras de hasta seis años- por diferentes delitos, la mayoría de ellos por robos con fuerza, con violencia e intimidación y hurtos, y que aparecen reflejadas en los trece páginas de su certificado de antecedentes penales. A ello habría que sumar el tiempo en que, hasta que cumplió los 18 años, estuvo recluido en centros de acogida de menores o reformatorios, aunque de muchos logró fugarse.

En estos momentos ha cumplido todas las condenas que se le impusieron por parte de la Audiencia Provincial de Madrid, de juzgados de lo penal de la capital de España y de Coslada, a excepción del pago de una multa de 90 por una tentativa de hurto.

La mayor parte del tiempo en que estuvo privado de libertad la pasó en la cárcel de Valdemoro, en donde se le acusó de causar un incendio con peligro para la vida e integridad física de las personas registrado en abril de 1998, y por lo que la Audiencia Provincial lo condenó a seis años de prisión, tras declararse la firmeza de la sentencia en el año 2005. También sumó un par de años por un delito de lesiones. Durante el periodo que permaneció privado de libertad sólo salió para acudir a juicios y declaraciones.

El juez del Juzgado de Instrucción Número 3 de Ribeira, que el pasado domingo ordenó su ingreso en prisión preventiva tras ser detenido al ser pillado in fraganti robando en el comercio Monchogar, en la Rúa Cristóbal Colón, ya le había advertido un día antes, cuando fue puesto a su disposición acusado de robar bicicletas en el camping de Coroso, que lo enviaría a la cárcel si volvía a ser detenido, y no tardó ni 24 horas en volver a ser arrestado.