La nueva normalidad se inauguró ayer de forma oficial en el Puerto de Vilagarcía con el regreso de los cruceros y, por lo tanto, de un turismo muy selectivo. Los muelles de Camboa y de Ferrazo Norte acogieron el atraque de los buques Marina y Bolette, los primeros que llegan a la capital arousana desde que estalló la pandemia en marzo de 2020. La doble escala implicó el desembarco en la ciudad de 2.400 personas sumando pasaje y tripulaciones. Parte de los cruceristas realizaron alguna de las excursiones programadas para conocer la comarca, Pontevedra o Santiago entre otras opciones. Otros tuvieron a su disposición un autobús lanzadera gratuito para facilitar su desplazamiento al centro de la ciudad.
A pesar de que inicialmente estaba previsto que los dos buques permanecieran en Vilagarcía hasta las ocho de la tarde, la duración de las dos escalas se redujo debido a las condiciones meteorológicas.
El Bolette era un crucero de bandera bahameña y con 237 metros de eslora, perteneciente a la compañía Fred Olsen. A bordo del buque viajaban 480 cruceristas, en su mayoría de nacionalidad británica. El barco llegó procedente de Motril y su siguiente escala será el puerto de Dover. Por su parte el Marina procedía de Gijón. Sus 477 pasajeros -mayoritariamente de nacionalidad estadounidense- tienen su siguiente parada en el puerto de Leixoes. El buque de la compañía Oceania Cruises tiene bandera de las islas Marshall y 239 metros de eslora.
Dado que ayer fue su primera escala en Vilagarcía la ocasión se conmemoró con sendos intercambios de metopas.