El capitán del Arosa, Julio Rey, alcanzó el pasado domingo ante el Navalcarnero los 200 partidos oficiales con el equipo arlequinado.
Una cifra que le convierte en uno de los futbolistas con más encuentros disputados en los 76 años de la historia de la entidad, entrando en el selecto “club de los 200” en los que figuran nombres como Unai Bermúdez, Chatarra, Fernando, Rafa Sáez, Carlos Coira, García Barrio o Gabriel. Por encima de los 300 partidos se encuentran Ramoní (306) y Seso Millán (383), y ya muy destacado el legendario Fernando Lezcano con 518 partidos oficiales a lo largo de sus 15 temporadas en el Arosa (desde 1971-1972 a 1985-1986).
Julio Rey, a sus 26 años, cumple su octava temporada en la primera plantilla. Hizo su debut con 16 años el 5 de febrero de 2012, en la 22ª jornada de Preferente ante el Portonovo a domicilio. En esa primera temporada jugó 6 partidos de liga y 2 de Copa Diputación. A la temporada siguiente, en su segundo año juvenil, ascendió con el equipo a Tercera actuando en un total de 21 partidos. Después se marchó al RCD Espanyol, al que estuvo vinculado dos años. A su regreso a Galicia fichó en el RC Deportivo, pero el club herculino rompió de forma polémica el vínculo el mismo día del anuncio. Julio Rey, muy afectado por lo sucedido, jugó esa temporada en el Ribadumia y al año siguiente (2016-2017) volvió a casa en el Arosa, donde ejerce como capitán los últimos años y consiguió un nuevo ascenso a Segunda RFEF.
Estos 200 partidos se desgranan en: 6 partidos de Copa Diputación, 6 de Copa RFEF, 27 de liga en Preferente, 156 de liga en Tercera División y 5 de liga en Segunda RFEF. El Arosa se percató de esta importante cifra de 200 partidos gracias al minucioso registro que lleva el socio Jaime Bouzada.
Julio Rey recibió un cuadro conmemorativo con el dorsal 200 en su camiseta de manos de Óscar Caseiro, propietario del asador El Ruedo, uno de los patrocinadores del Arosa, en un acto en el que estuvo el presidente Manolo Abalo y que se celebró en el restaurante vilagarciano.
¿Cómo recuerdas tu debut con el primer equipo?
Más que el recuerdo de ese partido en Baltar con el Portonovo, recuerdo la primera vez que me dijeron que subía con el primer equipo, me dio la oportunidad Lino González y después llegaría Piscis y apostó por mí. Estoy muy agradecido a los entrenadores que he tenido y que tengo a día de hoy.
¿Qué supone para un canterano ser ahora el capitán y acumular tantos partidos?
Yo cuando era pequeño venía a A Lomba a animar al equipo, estaba allí en la grada de Preferencia donde ahora está mi madre con los bombos. Venía, apoyaba al equipo y me lo pasaba bien. Formar parte de la base del Arosa, donde hice amigos que conservo, es un orgullo porque es una de las mejores de Galicia. Cumplir estos 200 partidos significa mucho.
La cantera del Arosa para mí es muy importante. Gracias a los entrenadores que tuve fui creciendo y tuve la oportunidad de ir a canteras como las del Celta y el Espanyol. Lo que tiene el Arosa es el factor humano, cuando me pasó el infortunio con el Deportivo, Manolo el presidente me tendió la mano, me ayudó y siempre le estaré agradecido, a él, a su mujer y al club.
¿Cómo recuerdas el play-off y el ascenso a Tercera ante el Bertamiráns?
El partido que jugué aquí en casa fue como estar en una nube. Siendo juvenil no esperaba jugar, pero por circunstancias se me brindó esa oportunidad y salí al campo sabiendo que había muchos ojos pendientes y mucho en juego. Con la inocencia de un niño jugué pensando que solo era un partido, pero que era nuestro partido. Me mentalicé y lo disfruté como un enano.
¿Qué es para tí jugar en A Lomba a día de hoy?
Cuanta más gente hay en el campo, cuanta más presión y cuanto más hay en juego, mejor rinde un futbolista. En mi caso jugar en A Lomba con tanto público me encanta.
Canterano, vilagarciano y capitán...
Recuerdo siendo pequeño ver a Fernando de capitán. Después Camiño, Rivas, Sylla y ahora soy yo, representar a esta plantilla y a este equipo en esta categoría es un orgullo. El ascenso del año pasado fue uno de los mejores momentos de mi vida. Nunca vi el campo tan encima, tan con el equipo. Aún se me ponen los pelos de punta recordando el penalti que paró Cobo, lo que sufrimos en la prórroga en la semifinal. Después en la final con el Somozas en un día de lluvia conseguimos lo que llevábamos buscando tantos años. Fue un éxito. El club y la afición se lo merecían.
¿Esperas llegar a los 300 partidos?
Uno nunca se marca una cifra. Los partidos van viniendo y las temporadas van pasando. En el Arosa la exigencia es muy alta, pasan muchos jugadores y entrenadores. Esperemos que la cifra siga subiendo y lo único que pienso es en mejorar cada partido. Quiero decirle a la afición que siempre estaré agradecido por su apoyo.