El arzobispo de Santiago, diócesis a la que pertenecen Catoira, Vilagarcía, Vilanova y A Illa, presidió ayer la primera Convivencia de Cáritas Interparroquial Arousa que se celebra después del estallido de la pandemia. Cea fue, en esta ocasión, la parroquia escogida para un evento que se llevó a cabo en la Casa de Cultura y en la iglesia de San Pedro.
El párroco Manuel Cachaldora explica que se trata de un momento de “júbilo”, importante para la autoestima de voluntarios, directivos y trabajadores de Cáritas. Asistieron a la jornada la directora de Vilagarcía, Mar Viqueira, el consiliario Manuel Castroagudín y una representación reducida de las parroquias, debido a que la crisis sanitaria sigue vigente.
Tras la misa en el templo barroco, los asistentes se desplazaron a la Casa de Cultura, situada a unos metros, para disfrutar de unos pinchos y continuar con la jornada de convivencia.
Durante la homilía, Barrio hizo hincapié en la necesidad de seguir prestando apoyo a aquellos que más lo necesitan, especialmente a los más vulnerables pero, dijo Cachaldora, sin caer en el mero asistencialismo ni creando dependencia, sino promoviendo la autonomía.