Algo tienen esas islas que nos hacen sonreír. Los designios de la Providencia blanquiazul hicieron que fuera un canario el que se asentara en ese lateral derecho durante tantos años, para gozo de la parroquia de Riazor. De allí llegó también aquel mago que veía lo que nadie más era capaz de imaginar. De allí ha decidido venir otra perla y volver a hacer sonreír a los fieles blanquiazules.