Que el programa Erasmus es una experiencia educativa magnífica no se duda. Que además los estudiantes disfrutan de las fiestas más espectaculares de su vida, tampoco. Amplificadas y perfeccionadas con los años. Lo de apiñarse en un piso con unas bebidas de origen difuso es cosa del pasado. Ahora se hacen en locales de ocio nocturno. Mejor para los vecinos y mucho mejor para el negocio.