El sector del mar de Arousa lo tiene claro. Creen que desde la Xunta de Galicia –y en concreto desde la Consellería do Mar– están “dando os pasos necesarios” para terminar con el marisqueo tradicional y abrir la Ría a la “acuicultura industrial”. Representantes de cofradías y de agrupaciones de mariscadoras comparecieron capitaneados por la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa con datos en la mano. Cifras que muestran lo que los patrones ya advertían días atrás, que el mar está herido de muerte y que no hacer nada solo conllevará la desaparición de un oficio del que viven directa e indirectamente miles de personas en las rías. El presidente de la PDRA, Xaquín Rubido, volvió a ejercer de portavoz para insistir en el “devalo produtivo” apuntando que é “algo sistemático e progresivo”. De hecho arropó sus declaraciones con datos oficiales recorriendo lonja a lonja y molusco a molusco.
Los datos hablan por sí solos y castigan a especies como la babosa o el berberecho. Ambos productos muestran una caída de la producción que prácticamente llega al 100%. En el año 2024 se recogieron en la Ría 38 toneladas de babosa, un 85,8% menos que en el quinquenio del 2019 al 2023 en el que la media era de 268 toneladas al año. Los datos son igual de malos con el berberecho, con una caída de la producción de un 93,7%. “A súa presenza na Ría pasou de ser un recurso fundamental a ter unha presenza mínima, aínda que no ano 2022 tivo unha leve recuperación”, señalaron desde el sector. Con la almeja fina la situación es muy parecida, dado que la pérdida de producción es de un 86,5% y su presencia en la Ría no hace más que descender. Las mariscadoras reconocen que la especie que más aguanta –pese a que también baja– es la japónica, dado que bajó un 41,6%.
El sector también expuso los datos de las lonjas, catastróficos especialmente para aquellas con cofradías muy dependientes del marisqueo. Apuntó Rubido que las pérdidas fueron de más de 16 millones de euros solo en el año 2024 respecto al quinquenio anterior. Así pues pósitos como el de Vilanova, Rianxo, A Illa o Cabo de Cruz se encuentran ahora en la cuerda floja. El patrón insular, Juan José Rial Millán, manifestó lo que hace pocos días hacía el de Vilanova, Rosalino Díaz, que será necesario adoptar medidas “drásticas” y “duras” para poder resistir. “Os gastos seguen a ser os mesmos, e os ingresos caeron moitísimo. Con esa caída nas vendas das lonxas isto vai repercutir no funcionamento da cofradía”, aseveró Millán. De hecho recordó que el año pasado “xa tivemos que facer axustes con unha baixada salarial aos traballadores. Este ano nestes momentos estamos á espera de reunirnos co asesor para ver ben as contas e que accións facer”. Algo en lo que coincide el patrón de Rianxo, Miguel Iglesias, que reconoce que no se descarta tener que prescindir de trabajadores. “Parece que o que queren é que levemos as lanchas para as rotondas e que as poñamos de decoración”, replicaba enfadado el rianxeiro.
Los patrones desmintieron los datos ofrecidos por la Consellería do Mar respecto al número de embarcaciones que – por ejemplo–están acudiendo al libre marisqueo. “Algúns manteñen a embarcación dada de alta, pero realmente o que están facendo e ir traballar a terra. Non ves tantos barcos no Bohído, non hai máis que ir a velo”, explicaba el isleño.
Los malos datos de ventas en lonja y producción han derivado en la drástica bajada en el número de permex con una evolución claramente a la baja. En el año 2011 eran un total de 1.731 en la Ría de Arousa y en enero de 2024 ya habían bajado a 1.540.
La presidenta de la Agrupación de Mariscadoras de Carril, María Porto, defendió el mar como un “sector primario que durante a pandemia era considerado esencial” y lanzó una reflexión acerca de “que pasa se todo o sector primario remata? Isto non vai de que un negocio non che dea e te vaias para a casa. É un sector produtivo e a Xunta de Galicia, como responsable da súa xestión, ten que adoptar solucións. Eu quero traballar disto”.
Explicó que la media de ingresos que percibieron las mariscadoras en el mes de enero fue de “450 ou 500 euros. Temos que pagar 250 euros de seguro e 50 máis para a semente. Que nos queda?”.
Xaquín Rubido hizo referencia a problemas “estruturais” a los que la Xunta de Galicia es necesario que meta mano. “É urxente un plan de rexeneración dos bancos marisqueiros e un plan de saneamento integral de ría e ríos, ambos cunha forte dotación económica”, declaró.
Rubido habló de los problemas de vertidos y de gestión de las EDAR, así como del control de las aguas de los embalses. Aún así añadió a estos otros que vienen dados por el cambio climático y que influyen –en conjunto– en la productividad de ciertas especies. “Agora hai menos vento do nordés e iso inflúe directamente tanto nas augas superficiais da Ría como nas mareas e nos procesos de floración. Se hai menos floración os moluscos teñen moita menos comida para alimentarse, están máis débiles e polo tanto resisten menos ante a contaminación ou posibles vertidos”, explicó el presidente de la PDRA.
En una situación que él mismo calificó como “crítica” declaró que “nos tempos nos que estamos vivindo, de cambio climático e de desglobalización é importante ter soberanía alimentaria e este abandono do mar afecta directamente a esa soberanía. Debemos defender a calidade dos nosos recursos”.
Rubido hizo referencia a macro proyectos como la Mina de Touro o Altri apuntando que “son modelos do século XIX que non deixan ningún tipo de valor engadido no territorio e nos que os beneficios os levan outros e moi poucos”.
Todo el sector aseguró que “seguiremos presionando” y lamentaron que a las peticiones de reuniones que se le realizaron al conselleiro do Mar, Alfonso Villares, tanto por parte de los patrones mayores como de las agrupaciones de mariscadoras no se haya recibido respuesta. Entienden los afectados que ellos son los que conocen la situación de la Ría y los que –con los fondos que sean necesarios– pueden ayudar a buscar una solución. Miguel Iglesias apuntó a que no se sienten representados por la Federación de Cofradías al menos en este asunto concreto y entienden que “eles teñan que estar na reunión co conselleiro, pero nós tamén porque somos os que temos a información de primeira man e os que sufrimos todo o que está pasando. Somos nós e non eles”.