El Gobierno aprueba un decreto que obliga por primera vez a los influencers a indicar la publicidad y etiquetar contenidos por edades y estarán sometidos a las mismas reglas que las televisiones. La cosa es que ahora se utiliza a una persona que cuenta con miles de seguidores en las redes sociales para hacer campañas de publicidad y ya hay agencias que tienen en su nómina a este tipo de gente, que gana una dineral por exhibir marcas. Ojo al dato: el primer requisito para entrar en la categoría de influencer según esta nueva regulación son los ingresos. Así, solamente aquellos que tengan unos ingresos superiores a 300.000 euros al año gracias a su actividad tendrán que cumplir con las obligaciones de la ley. Flipante.