Son capaces de recorrer el mundo en una noche repartiendo millones de regalos, pero ante las inclemencias del tiempo, a los Reyes Magos no les queda más remedio que cambiar sus planes. Cabalgatas adelantadas, con recorrido reducido o a cubierto. Que nadie quiere ser el responsable de que nuestro regalo del día 6 sea una epidemia de gripe. Que viene fuerte, por cierto.